La velocidad ha sido, es y será uno de los retos en las carreras. En el Circuito de Lasarte siempre ganaba el primero que llegaba a meta en cada uno de los 26 Grandes Premios, excepto en las carreras de resistencia, que se aplicaban unas normas en función de la cilindrada de los coches participantes.
El Comité Organizador comprobó que el tramo final del circuito tenía las características suficientes como para ser el más rápido de todo el circuito, ya que carecía de desniveles y era prácticamente recto, salvo un escaso viraje a 250 metros de meta.
Instalaron una caseta 1.000 metros antes de meta, donde acomodaron a un equipo de cronometraje cuya función era tomar nota del tiempo de paso. Por línea telefónica se notificaban los tiempos a los jueces en meta y mediante un simple cálculo matemático establecían la velocidad de paso por tribunas, ya que consideraban que en ese recorrido apenas se producirían oscilaciones de velocidad.
André Dubonnet (Hispano Suiza), estableció el primer récord a 130 km/h en el GP de Turismo de 1923. Barlomeo Costantini (Bugatti T35 2.0) lo batió a 170 km/h en el GP de San Sebastián en 1925. Achile Varzi (Maserati 26M 2.5) alcanzó los 184,2 km/h en el GP de San Sebastián de 1930. El récord que quedará para la historia, con 238 km/h en el tercer paso por tribunas, fue el del Auto Union B 5.0 V16 de Hans Stück en el XI GP de España de 1935, última carrera celebrada en el Circuito de Lasarte, en concreto el 22 de septiembre.
Este año se cumple el centenario del Circuito y el desarrollo de las once ediciones se recoge en el libro “Circuito de Lasarte. Memorias de una pasión”, de 332 páginas con 400 fotografías a gran resolución seleccionadas de un archivos de más de 4.100 imágenes documentadas.
Más información: http://circuitodelasarte.com/index.php
