Competición vivida: El 2000 Viratges del 40 aniversario 



Por Josep Autet.

En los años 60 y 70, el Rallye 2000 Virajes era una de las pruebas míticas que formaban parte de la que se conocía como “mini temporada catalana”, un grupito de importantes rallyes cercanos en fechas, puntuables para el Campeonato de España que, además del citado, lo componían los rallyes Barcelona-Andorra (1965-1972) y Vendrell-Andorra (1972), a los que se unió en 1973, cuando desaparecieron los dos anteriores, el Rallye Catalunya.

El 2000 Virajes sigue en pie organizado por la misma entidad que lo creó en 1959, Biela Club Manresa. En este 2023 ha celebrado su 62 edición y para los que venimos deportivamente de tiempos lejanos correrlo en alguna de sus ediciones míticas, y volverlo a hacer ahora, es todo un acontecimiento personal. En mis años de carreras participé en este rally de Manresa cuatro veces: en 1980 con Aman Barfull y su Seat 124-1800 dentro del Volante RACC (trompo y salida, ya amaneciendo); en 1981 con Antonio Zanini y el portentoso Talbot Horizon Proto grupo 5 (motor); y en 1982 y 1983 con Jaume Pons y su Renault 5 Turbo, con victoria el primer año y rotura del alternador en el segundo.

Hacía pues 40 años justos que no corría esta prueba tan emblemática, se dice pronto, un regreso que me atraía más que nada porque en caso de lograr un buen resultado obtendría por segundo año el título catalán de copilotos de Rallyes Históricos. Claro que esta particularidad sólo era posible por la voluntad decidida de Jordi Ventura, que consideró que valía la pena retomar la acción tras medio año de pausa en nuestras participaciones conjuntas. Por lo tanto, el 2000 Viratges de los “40 años después” del que esto escribe, se debe al empeño de Jordi Ventura (¡nada menos que 4 triunfos en este rally!) y del objetivo común de ambos en este final de campaña.

El actual formato del rally es, en mi opinión, demasiado largo para una prueba del catalán. 120 km de velocidad y casi 16 horas de duración creo que es excesivo, pero ahí estaban sus más de 70 participantes para demostrar que opinaban lo contrario. En todo caso, afrontamos la prueba con el eficaz Volkswagen Golf GTI 16V que Jordi había exprimido a tope en el pasado Rally Portugal Histórico y que, con esta, lleva ya más de 5 temporadas dándolo todo.

En Vilaredes, primer tramo, hicimos un recorrido francamente cauteloso “ayudados con eficacia” por unos neumáticos inadecuados. Nos cayó tal correctivo que en nuestro fuero interno se imponía una reacción. Tal cual, nos presentamos en Castelladral apretando un poco más y algo se mejoró, pero poco. Llegó Galera, un tramo de aúpa, virado, bacheado, con curvas ciegas y rasantes con sorpresa y por fin salieron un poco las cosas. El morro del Golf seguía dificultando el tacto del piloto con el coche, debido a unas cubiertas que flameaban y no permitían que Jordi Ventura desatara su proverbial sentido del ataque.

Llegados a la asistencia se impuso montar unas Michelin R21 y, en la revisión mecánica, sorpresa… hubo que añadir más de medio litro de aceite a un motor que dejaba claro que ya no estaba en sus mejores momentos. Esa sensación de que la aceleración no era la habitual y de que el tiempo entre principio y final de recta era excesivo, quedaba explicitado en aquel momento. Suena a excusa, pero todo lo contado, sumado sin duda a un arranque moderado, es la explicación de por qué nos hallábamos… ¡fuera de los 20 primeros!

La historia cambió, o más bien se mantuvo a partir de ese momento como en el citado Galera: Jordi condujo rápido, sentía el coche y atacaba fuerte cuando el tipo de tramo se ajustaba a nuestra modesta mecánica de 160 CV (eso en su mejor época, claro), pero si bien los tiempos mejoraron ostensiblemente, ni por asomo logramos limar la distancia que considerábamos lógica que podían sacarnos algunos de los coches. Cierto que escribir esto es caer simplemente en una trampa que en mi caso detesto: la de comparar las prestaciones de un coche de más de 35 años con las de uno actual, por mucho que esté al volante del clásico todo un Jordi Ventura.

Así, corriendo lo que se podía y rellenando aceite en cada asistencia, nos hicimos más de medio rally. En la primera por Odena, ya con los faros iluminando la pista, logramos nuestro mejor tiempo de toda la carrera, el decimotercero, pero justo mientras estábamos evolucionando por el tramo, paralelo a la C-37, se producía en dicha vía una tragedia: un motociclista impactaba frontalmente contra un coche ajeno a la carrera. Mientras los que formábamos parte del grupo de delante del rally (nosotros teníamos el nº 4) tomábamos de nuevo esta vía rápida para dirigirnos al siguiente tramo, nos quedamos bloqueados como consecuencia del accidente. Una vida se iba a escasos 200 metros, una terrible realidad que hacía insignificante la problemática que se nos presentaba de cómo continuar el rally. Queda poco más que contar.

La organización estuvo acertada con la decisión que adoptó, que fue que diéramos media vuelta y, por carreteras secundarias, dirigirnos a Manresa y de allí a Artés, núcleo del rally, todo vía Google Maps. Tras casi tres horas de espera en la fría asistencia –el tiempo que hubiéramos empleado para hacer los cuatro tramos que se cancelaron–, fuimos dirigidos a las tres últimas especiales del rally. En todo caso, la carrera ya estaba terminada para nosotros. Lo hicimos lo mejor que supimos pero las ganas de acabar eran superiores a la motivación de intentar marcar tiempos, de modo que llegamos a Artés en la 14ª plaza y 3ª de Pre93, tras dos potentes BMW, resultado suficiente para lograr un título catalán de un mérito muy relativo, aunque no así algunos de sus resultados, como los del Costa Brava y Empordà, que considero fueron muy brillantes.

En el Legend Les Corbes de 2019 Jordi y un servidor corrimos nuestro primer rally juntos, más como una alianza puntual entre dos amigos que por nada más, y así seguimos, cuatro años y 19 rallyes después. Veremos cómo continua la aventura.

No quiero terminar sin felicitar a los destacados del Rallye 2000 Viratges 2023, en especial a Alejandro Mauro y Diego Sanjuán, bicampeones de Catalunya de rallyes (absoluto y asfalto). A los comisarios y controles, las caras de siempre que rally a rally hacen posible que este deporte siga pudiéndose practicar. También a la organización, plenamente amateur en todo, pero que supo tomar las riendas tras el incidente ajeno que antes he descrito. A medianoche del sábado, cuando dejamos el Golf en la solitaria zona reservada al parque de llegada, un servidor ponía punto final a su particular 40 aniversario en este rally: sí, había valido la pena.

© Josep Autet
28 de noviembre de 2023
JAS Info Service

Notas del autor

• Mi agradecimiento a Emili Giró, histórica persona del entorno del Biela Club Manresa que nos obsequió con la plaquita del 62 Rallye 2000 Viratges, obra de Manel Rived.

• Dedico este texto a Josep Maria Salvans Rifà, fallecido ayer lunes 27 de noviembre. Si el ánimo no decae, publicaremos un obituario mañana miércoles.

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El 2000 Viratges del 40 aniversari

Per Josep Autet.

En els anys 60 i 70, el Rallye 2000 Viratges era una de les proves mítiques que formaven part de la que es coneixia com a “mini temporada catalana”, un grupet d'importants ral·lis propers en dates, puntuables per al Campionat d'Espanya que, a més del citat, el composaven els ral·lis Barcelona-Andorra (1965-1972) i Vendrell-Andorra (1972), als quals s’hi va unir en 1973, quan van desaparèixer els dos anteriors, el Rallye Catalunya.

El 2000 Viratges segueix en peu organitzat per la mateixa entitat que el va crear en 1959, Biela Club Manresa. En aquest 2023 ha celebrat la seva 62 edició i per als que venim esportivament de temps llunyans haver-lo corregut en alguna de les seves edicions mítiques, i tornar a fer-ho ara, és tot un esdeveniment personal. En els meus anys de curses vaig participar en aquest ral·li de Manresa quatre vegades: en 1980 amb l’Aman Barfull i el seu Seat 124-1800 dins del Volant RACC (virolla i sortida, ja a començament del segon dia); en 1981 amb Antonio Zanini i el portentós Talbot Horizon Proto grup 5 (motor); i en 1982 i 1983 amb Jaume Pons i el seu Renault 5 Turbo, amb victòria el primer any i trencament de l'alternador en el segon.

Feia doncs, 40 anys justos que no corria aquesta prova tan emblemàtica en el seu moment, es diu aviat, i aquest retorn m'atreia més que res perquè en cas d'aconseguir un bon resultat obtindria per segon any el títol català de copilots de Ral·lis Històrics. Clar que aquesta particularitat només era possible per la voluntat decidida d’en Jordi Ventura, que va considerar que valia la pena reprendre l'acció després de mig any de pausa en les nostres participacions conjuntes. Per tant, el 2000 Viratges dels “40 anys després” del que això escriu, es deu a la empenta d’en Jordi Ventura (ni més ni menys que 4 triomfs en aquest ral·li!) i de l'objectiu comú de tots dos en aquest final de campanya.

L'actual format del ral·li és, al meu entendre, massa llarg per a una prova del català. 120 km de velocitat i gairebé 16 hores de durada crec que és excessiu, però aquí cal tenir en compte els més de 70 participants que demostraven que no tothom opinava igual. En tot cas, vam afrontar la prova amb l'eficaç Volkswagen Golf GTI 16V que en Jordi havia espremut en el passat ral·li Portugal històric i que, amb aquesta, porta ja més de 5 temporades donant-ho tot.

A Vilaredes, primer tram, vam fer un recorregut francament cautelós “ajudats amb eficàcia” per uns pneumàtics inadequats. Ens va caure tal correctiu que en el nostre fur intern s'imposava una reacció. Tal qual, ens vam presentar a Castelladral, estrenyent una mica més i vam millorar, però poc. Va arribar Galera, un tram de sucar-hi pa, virat, ple de sots, amb corbes cegues i rasants amb sorpresa i per fi van sortir una mica bé les coses. El frontal del Golf continuava dificultant el tacte del pilot amb el cotxe, a causa d'unes cobertes que flamejaven i no permetien que en Jordi Ventura portés a bon terme el seu proverbial sentit de l'atac.

Arribats a l'assistència, es va imposar muntar unes Michelin R21 i, en la revisió general, sorpresa… va caldre afegir més de mig litre d'oli a un motor que deixava clar que no estava en els seus millors moments. Aquesta sensació que l'acceleració no era l'habitual i que el temps entre principi i final de recta era excessiu, quedava explicitat en aquell moment. Sona a excusa, però tot el que he explicat, sumat sens dubte a una arrencada de cursa moderada, és l'explicació de per què ens trobàvem… fora dels 20 primers!

La història va canviar, o més aviat es va mantenir a partir d'aquest moment com en el citat Galera: Jordi conduïa ràpid, sentia el cotxe i atacava fort quan el tipus de tram s'ajustava a la nostra modesta mecànica de 160 CV (això en la seva millor època, es clar), però si bé els temps van millorar ostensiblement, no vàrem aconseguim llimar la distància que consideràvem lògica que havien de treure'ns alguns dels altres cotxes. Cert que escriure això és caure simplement en un parany que en el meu cas detesto: la de comparar les prestacions d'un cotxe de més de 35 anys amb un d’actual, per molt que estigui al volant del clàssic tot un Jordi Ventura.

Així, corrent el que es podia i emplenant oli en cada assistència, ens vam fer més de mig ral·li. En la primera passada per Odena, ja amb els fars il·luminant la pista, vam aconseguir el nostre millor temps de tota la cursa, el tretzè, però just mentre estàvem evolucionant pel tram, paral·lel a la C-37, es produïa en aquesta via una tragèdia: un motorista impactava frontalment amb un cotxe aliè a la competició. Mentre els que formàvem part del grup de davant del ral·li (nosaltres teníem el núm. 4) preníem de nou aquesta via ràpida per a dirigir-nos al següent tram, ens vam quedar bloquejats a conseqüència de l'accident. Una vida s'anava a escassos 200 metres, una terrible realitat que feia insignificant la problemàtica que se'ns presentava de com continuar el ral·li. No cal explicar res més.

L'organització va estar encertada amb la decisió que va adoptar, que va ser que féssim mitja volta i, per carreteres secundàries, dirigir-nos a Manresa i d'allí a Artés, nucli del ral·li, tot via Google Maps. Després de gairebé tres hores d'espera en la freda assistència –el temps que haguéssim emprat per a fer els quatre trams que es van cancel·lar–, vam ser dirigits a les tres últimes especials del ral·li. En tot cas, la cursa ja estava acabada per a nosaltres. Ho vam fer el millor que vam saber però les ganes d'acabar eren superiors a la motivació d'intentar marcar bons temps, de manera que arribaríem a Artés en la 14a posició i 3a de Pre93, darrera dos potents BMW, resultat suficient per a aconseguir un títol català d'un mèrit molt relatiu, encara que no així alguns dels seus resultats, com els del Costa Brava i Empordà, que considero que van ser molt brillants.

En el Legend Les Corbes de 2019, en Jordi i un servidor vam córrer el nostre primer ral·li junts, més com una aliança puntual entre dos amics que per res més, i així seguim, quatre anys i 19 ral·lis després. Veurem com contínua l'aventura.

No vull acabar sense felicitar els destacats del Rallye 2000 Viratges 2023, especialment a Alejandro Mauro i Diego Sanjuán, bicampions de Catalunya de ral·lis (absolut i asfalt). Als comissaris i controls, les cares de sempre que ral·li a ral·li fan possible que aquest esport continuï podent-se practicar. També a l'organització, plenament amateur en tot, però que va saber prendre les regnes després de l'incident aliè que abans he descrit. A mitjanit del dissabte, quan vam deixar el Golf en la solitària zona reservada al parc d'arribada, un servidor posava punt final al seu particular 40 aniversari amb aquest ral·li: sí, havia valgut la pena.

© Josep Autet
28 de novembre de 2023
JAS Info Service

Nota de l'autor

• El meu agraïment a Emili Giró, històrica persona de l'entorn del Biela Club Manresa que ens va obsequiar amb la plaqueta del 62 Rallye 2000 Viratges, obra de Manel Rived.

• Dedico aquest text a Josep Maria Salvans Rifà, mort ahir dilluns 27 de novembre. Si l'ànim no decau, publicarem un obituari demà dimecres.

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