Competició viscuda: El meu Volant RACC 1984 



Por Xavier Girbau.

Creo que el Volant RACC es la formula de promoción más longeva de España. El pasado 2023 hizo 45 años que se creó. Es un formato dónde a día de hoy hay rallys, pero antes también había subidas y circuitos. Es una formula perfecta creada para los que quieren correr con unos medios asequibles y con variedad de carreras en Cataluña. El año 1984 constaba de 12 pruebas, entre ellas, como he dicho, rallys y subidas. Daban premios por carrera con varios patrocinadores que siempre habían estado vinculados al RACC.

El Volant RACC lo han ganado pilotos como Joan Carles Mach, Jaume Camps, Aman Barfull, Mia Bardolet, Jordi Ventura, etc. etc., y han participado gente como el gran Pep Bassas, Enric Burrull, etc. Antes había tres categorías: hasta 1.100cc, hasta 1.300cc y superiores hasta 1.800cc, siempre coches de grupo A y puntuando independientemente en las tres categorías. También, si acababas entre los tres primeros de grupo A, cogías puntos complementarios, algo muy difícil de conseguir con neumáticos de calle.

Después de hacer un segundo lugar en el Trofeu FAE (pilotos principiantes, casi debutantes) del año 1981 y participar tanto en 1982 como en 1983 en el Volant RACC con el Seat Panda/Marbella, decidí dar un salto e ir a ver si podíamos estar más arriba en la clasificación absoluta.

Cuando los medios económicos son pocos hay que pensar muy bien el vehículo que eliges para poder mantener la participación en un campeonato largo. Me decidí por el entonces nuevo Talbot Samba Rallye, que de serie era un vehículo adecuado para mi estilo de conducción; era nervioso y poco pesado, con 800 kilos y 90 CV, y que con carburación muy hecha y escape más generoso se alargaba algo más. Además, era de una cilindrada de 1.219 cc, por lo cual entraba en la clase media del Volant. Y el precio entonces estaba en torno a las 485.000 pesetas, mucho más económico que un Ford Fiesta 1.300-S, un Citroën Visa GTI o un Renault 5 Copa Turbo. Los neumáticos eran los Pirelli P-4 (de calle) para la división pequeña y mediana, mientras que para la clase alta eran los Pirelli P-6.

Empezamos antes de la primera prueba del Volant RACC haciendo el Rallye Tarrauto, para ver donde estábamos y para entender un poco el coche. Nos fue bastante bien, puesto que acabamos y además con buenas sensaciones.

Éramos 25 los pilotos inscritos aquel año 1984 en el Volant RACC. Empezamos en el Critèrium Montseny-Guilleries con la mirada puesta en Enric Burrull, con el Visa GTI grupo A; Martí Ballestar, con el Renault 5 Copa Turbo Intercooler; Carles Bosch, con un Talbot Samba S que después del Guilleries cambió por un Samba Rallye; y también varios pilotos rápidos que no permitían que te despistaras. En Viladrau creo que hicimos un rally inmejorable puesto que acabamos primeros absolutos del Volant y en aquel momento empecé a creer que podíamos luchar para ganarlo.

El segundo rally era el Lleida de tierra, por las cordilleras del Cadí. Fue un rally muy movido puesto que los tramos estaban muy embarrados y en las carreteras del Cadí hay puntos con una altura considerable. Empezamos la carrera sin muchos sustos pero se nos rompió el cable del acelerador y aquí ya ves a Salvador Rondoni, mi copiloto, haciendo de todo para ir acelerando, subido al capó del coche, puesto que nos quedaban 2 km para acabar uno de los tramos y en la asistencia nos lo pudieron cambiar. Al final, acabamos mejor de lo que esperábamos: primeros de clase y puntos extra de grupo A gracias a que al final del rally descalificaron a Enric Burrull, que iba como una bala pero hizo el rally con unas Michelin. No lo entiendo, puesto que a Enric no le hacía falta hacerlo, puesto que iba muy rápido, tanto en tierra como en asfalto.

Después fuimos al Rallye Tarragona y a la Subida al Montseny, donde volvimos a ganar la clase, y sobre todo hicimos la Carrera Gironella-Casserres, una competición en la que siempre he tenido un feeling especial. En ella conseguimos (todavía no lo entiendo) puntos extra de grupo A, que sumados a los del Lleida nos hacía tomar distancia en la clasificación.

Seguimos la temporada corriendo el Rallye Empordà, donde hicimos primeros, y la siguiente carrera fue la Subida a Batet, en la que si ganábamos la clase lograríamos matemáticamente el Volant RACC. Y así fue... lo celebramos con baño en la piscina del restaurante incluida, después de la entrega de premios: el título final ya era nuestro.

Con todo, seguimos haciendo las otras carreras que faltaban por disputar: Prades, Sant Feliu de Codines, Rallye Girona, que fue el único rally que no acabamos, por salida sin consecuencias en Santa Pellaia, en la parte rápida del principio y no pudimos sacar el auto puesto que no había público. Anécdota divertida: cuando llegó nuestro equipo de asistencia, comandado por Xavier Roigé, con su Renault 6, le cayó al asfalto el tubo de escape del coche y, sin pensarlo y en plena noche de las Gavarres, lo cogió con las dos manos y se oyó un grito estremecedor que resonó en toda la montaña. Resultado, dos manos quemadas... cosa de los nervios.

Tanto en las subidas a Orís, Prades y Sant Feliu de Codines conseguimos buenos resultados, esperando el Rallye Catalunya con ganas de disfrutarlo. Rally, como ya sabéis, muy largo, con 31 tramos de velocidad y casi 500 km cronometrados. Una vez tienes al campeonato en el “zurrón”, ¡la presión cambia y echas millas! Buen comienzo de rally pero en Estenalles, en el tercer o cuarto tramo, tuvimos un golpe contra un muro antes de llegar a Mura. Resultado: mangueta tocada y lo peor de todo: una llanta rota. Cambiamos la rueda pero entonces se rompió un tornillo de dentro del buje. Bien, pues hasta el final de etapa con tres tornillos, haciéndolo como pudimos.

Todo planificado para la salida de la segunda etapa, en la gasolinera de Molins de Rei de la autopista, puesto que hacíamos otra vez Santa Creu d’Olorda. Listos para cambiar la mangueta derecha, nos dimos cuenta que la que llevábamos era del Samba S y los frenos eran diferentes. Aun así, conseguimos acoplarlo todo con mucho trabajo, aunque con una penalización de 15 minutos. Todavía se debe acordar el pobre conductor de un 2CV cuando fuimos rodando por una acera de Molins de Rei (las calles estaban colapsadas) para no quedar excluidos de la carrera. Está claro, salíamos detrás de los últimos y la sensación de pasar a varios coches en tramos largos fue incluso divertida, cuando no tensa, ¡nada que perder! ¿Verdad que sí, Pere Aulestia, Jordi Sánchez, etc. etc.?

En las carreras, aunque no tengas nada que ganar, tienes que llegar hasta el final si puedes. Así entiendo yo las carreras. Por cierto, agradecer sobre todo a Carles Bosch, que había abandonado, su ofrecimiento de disponer de la parte mecánica de su coche. Estos detalles solo los hacen los grandes deportistas, ¡gracias Carles!

La ultima carrera del año fue el Rallysprint de tierra del RACC, en Molins de Rei, la despedida de la temporada y de nuestro Samba Rallye, que fue a parar a manos de Josep Texidor. Aquí vino conmigo Mercè Sagol, mujer y copiloto del amigo y piloto Martí Ballestar.

Aparte del Volant RACC, por si fueran pocas las carreras que hicimos, también corrimos el Rallye Sant Hilari y conseguimos un gran resultado en el Critèrium del Berguedà: ¡cuartos scratch con unas Pirelli P6!

Por último, quiero agradecer la temporada a una serie de personas, primero a Salvador Rondoni, copiloto y amigo ganador también del Volant RACC; al concesionario Kefren; a la Escudería Baix Empordà; a Xavier Roigé, nuestro ángel de la guarda; y la compañía de Emilio Fontan y Albert López, antiguo copiloto mío.

@ Xavier Girbau Grané
Febrero de 2024
JAS Info Service

-------------------------------- Versión en castellano ------------------------------

El meu Volant RACC 1984

Per Xavier Girbau.

Crec que el Volant RACC és la formula de promoció més longeva d’Espanya. El passat 2023 va fer 45 anys que es va crear. És un format on a dia d’avui hi ha ral·lis, però abans també hi havia pujades i circuits. És una formula perfecta creada per als que volen córrer amb uns mitjans assequibles i amb varietat de curses a Catalunya. L’any 1984 constava de 12 proves, entre elles, com he dit, ral·lis i pujades. Donaven premis per cursa amb diversos patrocinadors que sempre havien estat vinculats amb el RACC.

El Volant RACC l’han guanyat pilots com Joan Carles Mach, Jaume Camps, Aman Barfull, Mia Bardolet, Jordi Ventura, etc. etc., i hi han participat gent com el gran Pep Bassas, Enric Burrull, etc. Abans hi havia tres categories: fins a 1.100cc, fins a 1.300cc i superiors fins a 1.800cc, sempre cotxes de grup A i puntuant independentment en les tres categories. També, si acabaves entre els tres primers de grup A, agafaves punts complementaris, cosa que era molt difícil amb pneumàtics de carrer.

Després de fer un segon lloc al Trofeu FAE (pilots principiants, gairebé debutants) de l’any 1981 i participar tant el 1982 com el 1983 al Volant RACC amb el Seat Panda/Marbella, vaig decidir fer un salt i anar a veure si podíem estar més amunt en la classificació absoluta.

Quan els mitjans econòmics són pocs cal pensar molt bé el vehicle que pots triar i mantenir la participació en un campionat llarg. Em vaig decidir pel llavors nou Talbot Samba Rallye, que de sèrie era un vehicle adequat pel meu estil de conducció; era nerviós i poc pesat, amb 800 quilos i 90 CV, i que amb carburació ben feta i escapament més generós s’allargava una mica més. A més era d’una cilindrada de 1.219 cc, per la qual cosa entrava en la classe mitjana del Volant. I el preu llavors era entorn de les 485.000 pessetes, molt més econòmic que un Ford Fiesta 1.300-S, un Citroën Visa GTI o un Renault 5 Copa Turbo. Els pneumàtics eren els Pirelli P-4 (de carrer) per a la divisió petita i mitjana, mentre que per a la classe alta eren els Pirelli P-6.

Vam començar abans de la primera prova del Volant RACC fent el Rallye Tarrauto, per veure on estàvem i per entendre una mica el cotxe. Va anar força bé, ja que vam acabar i a més amb bones sensacions.

Érem 25 els pilots inscrits aquell any 1984 en el Volant RACC. Vam començar en el Critèrium Montseny-Guilleries amb la vista posada en l’Enric Burrull, amb el Visa GTI grup A; en Martí Ballestar, amb el Renault 5 Copa Turbo Intercooler; en Carles Bosch, amb un Talbot Samba S que després del Guilleries va canviar per un Samba Rallye; i també diversos pilots ràpids que no et deixaven despistar. A Viladrau crec que vam fer un ral·li immillorable ja que vam acabar primers absoluts del Volant i en aquell moment vaig començar a creure que podíem lluitar per guanyar-lo.

El segon ral·li era el Lleida de terra, per las serralades del Cadí. Va ser un ral·li molt mogut ja que els trams estaven molt enfangats i en les carreteres del Cadí hi ha punts amb una alçada considerable. Vàrem començar la cursa sense gaires ensurts però se’ns va trencar el cable de l’accelerador i aquí ja veus al Salvador Rondoni, el meu copilot, fent mans i mànigues per anar accelerant, pujat al capó del cotxe, ja que ens quedaven 2 km per acabar un dels trams i a la assistència ens el van poder canviar. Al final, millor del que esperàvem: primers de classe i punts extra de grup A gràcies a que al final del ral·li van desqualificar a l’Enric Burrull, que anava com una bala però va fer el ral·li amb unes Michelin. No ho entenc, ja que a l’Enric no li calia fer-ho, ja que anava molt ràpid, tant en terra com en asfalt.

Després vam anar al Rallye Tarragona i a la Pujada al Montseny, on vam tornar a guanyar la classe, i sobretot vam fer la Pujada Gironella-Casserres, una cursa en la que sempre hi he tingut un feeling especial. En ella vam aconseguir (encara no ho entenc) punts extra de grup A, que sumats als del Lleida ens feia agafar distancia en la classificació.

Vam seguir la temporada corrent el Rallye Empordà fent primers i la següent cursa va ser la Pujada a Batet, en la que si guanyàvem la classe assoliríem matemàticament el Volant RACC. I així va ser... ho vam celebrar amb remullada a la piscina del restaurant inclosa, després del lliurament de premis: el títol final ja era nostre.

Tot i així, vam seguir fent les altres curses que faltava per disputar: Prades, Sant Feliu de Codines, Rallye Girona, que va ser l’únic ral·li que no vam acabar, per sortida sense conseqüències a Santa Pellaia, a la part ràpida del principi i no vàrem poder treure l’auto ja que no hi havia públic. Anècdota divertida: quan va arribar el nostre equip d’assistència, comandat pel Xavier Roigé, amb el seu Renault 6, li va caure a l’asfalt el tub d’escapament del cotxe i, sense pensar-ho i en plena nit de les Gavarres, el va agafar amb les dues mans i es va sentir un crit esfereïdor que va ressonar en tota la muntanya. Resultat, dues mans cremades... cosa dels nervis.

Tant a les pujades a Orís, Prades i Sant Feliu de Codines vam aconseguir-hi bons resultats, tot esperant el Rallye Catalunya amb ganes per gaudir-lo. Ral·li, com ja sabeu, molt llarg, amb 31 trams de velocitat i gairebé 500 km cronometrats. Una vegada tens al campionat al “sarró”, la pressió canvia i tires milles! Bon començament de ral·li però a Estenalles, al tercer o quart tram, vam tenir un cop contra un mur abans d’arribar a Mura. Resultat: manegueta tocada i el pitjor de tot: una llanda trencada. Canviem la roda però llavors es trenca un cargol de dins la boixa. Bé, doncs fins al final d’etapa amb tres cargols i anar fent com vam poder.

Tot planificat per a la sortida de la segona etapa, a la benzinera de Molins de Rei de la autopista, ja que fèiem altre vegada Santa Creu d’Olorda. Llestos per canviar la mangueta dreta, ens adonem que la que portàvem era del Samba S i els frens eren diferents. Tot i això vam aconseguir acoblar-ho tot amb molta feina malgrat que amb una penalització de 15 minuts. Encara se’n deu recordar un pobre 2CV quan vam anar per la vorera dins Molins de Rei (els carrers estaven col·lapsats) per tal de no quedar exclosos de la cursa. És clar, sortíem darrera dels últims i la sensació que en trams llargs passàvem diversos cotxes, va ser inclús divertit quan no tens res a perdre! Oi que sí, Pere Aulestia, Jordi Sánchez, etc. etc.?

A las curses, encara que no hi tinguis res a guanyar, has d’arribar fins al final si pots. Així entenc jo les curses. Per cert, agrair sobretot al Carles Bosch, que havia abandonat, l’oferiment de disposar de la part mecànica del seu cotxe. Aquests detalls només els fan els grans esportistes, gràcies Carles!

La ultima cursa de l’any va ser el Rallysprint de terra del RACC, a Molins de Rei, el comiat de la temporada i del Samba Rallye, que va anar a mans d’en Josep Texidor. Aquí va venir amb mi la Mercè Sagol, dona i copilot de l’amic i pilot Martí Ballestar.

A part del Volant RACC, per si fossin poques les curses que vàrem fer, també vam córrer el Rallye Sant Hilari i vam aconseguir un gran resultat al Critèrium del Berguedà: quarts escratx amb unes Pirelli P6!

Per últim, vull agrair la temporada a una sèrie de persones, primer al Salvador Rondoni, copilot i amic guanyador també del Volant RACC; al concessionari Kefren; a l’Escuderia Baix Empordà; al Xavier Roigé, el nostre àngel de la guarda; i la companyia de l’Emilio Fontan i l’Albert López, antic copilot meu.

@ Xavier Girbau Grané
Febrer de 2024
JAS Info Service

Raimon d'Abadal, 29 • 08500 Vic | 938 852 256 | jas@jas.es