Por Josep Autet.
Junio fue para mi un mes de mucha actividad, hablo de trabajo pero también de sensaciones y emociones importantes. Además del trajín que exigía la labor de JAS, todo el mes de un sitio para otro (para mi y todo el equipo), tuve la presentación del libro “Escuderia Osona, 50 anys de Projectes” y corrí dos rallyes con Jordi Ventura, algo que me hizo sentir más vivo que nunca. Vivo y contento por poder asumir una variada gama de intensidades y esfuerzos, con ilusión y afortunadamente con fuerza. Un gran mes del que ya os he ido contando cosas semanas atrás.
Hoy traigo a esta ventana un par de vivencias que son consecuencia directa de estar trabajando en lo que a uno le gusta… y de ser muy afortunado de poder tener relación directa con personas que en buena parte son leyenda de nuestro deporte. Ya en la presentación del libro pude disfrutar de la complicidad de un montón de campeones y personas importantes para mi. Pero hoy destaco dos encuentros muy recientes, dos reuniones que ya se han aireado separadamente en las redes pero que tengo la fortuna de poder publicar juntas ¡porque estuve en ambas!
Tener un encuentro con Juan Fernández (con la impecable ayuda de Jordi del Castillo) en su museo de Sant Cugat no tiene precio. Era la segunda vez que estaba en aquel santuario pero esta vez era para hacerle entrega del libro de Escuderia Osona, junto con el presidente Joan Panadès. Tengo perfectamente grabado en mi memoria el día que pude hablar por teléfono con Juan para recabar sus opiniones de cara a la página que le tenía destinada en el libro. Pero que ahora, casi año y medio después, Juan Fernández hojeara ante mi el libro fue algo inmenso. Ahí queda la foto, cual aficionado de cuneta, junto al campeón y su barqueta Osella PA9. Imborrable e irrepetible.
La otra foto tiene también un significado especial. Antonio Zanini y Esteban Delgado han elaborado para el próximo número de Turini un extraordinario reportaje sobre el “récord” que Paco Godia estableció el 19 de julio de 1964 con un Porsche 904 GTS: Barcelona-Madrid en 4h.54’58”5. Ojo que hablamos de hace 55 años y en aquella época no había ni autopistas ni circunvalaciones de las ciudades, todo a saco y en los casos urbanos vigilando lo que se podía.
Las 14 páginas que Esteban dedicará a esta aventura en Turini dejan claro por qué se hizo semejante desafío y qué significaba arrancar a las 3 de la mañana tras la indicación oportuna del cronometrador Camilo Antonietti y terminar en Madrid, casi a las 8 de la mañana, frente al crono de Rafael Valcárcel. Alucinante. Pues bien, Zanini y Delgado quisieron que un muy pequeño grupo de afortunados cenáramos en un restaurante de Sant Just Desvern, muy cerca de donde supuestamente arrancó la proeza de Godia, para celebrar la gesta, hablar del tema y de mil asuntos más. Entre ellos la necesidad imperiosa, en la que coincidimos todos, de orquestar de alguna manera la salvaguarda del patrimonio histórico y documental de nuestro deporte, algo de lo que algún día volveremos necesariamente a tener que hablar.
En la cena, mientras el sol de iba poniendo y nuestras mentes viajaban en el tiempo imaginándonos a Paco Godia y los suyos cenando en algún lugar cercano a donde nosotros estábamos a punto de hacerlo (¡aunque él con 600 km por delante!), la velada me dejaba muy claro que sólo un apasionado del automóvil como Godia podía hacer algo así… como también nosotros, reuniéndonos sin más interés que para celebrar un aniversario prácticamente desconocido y altamente peculiar, pero disfrutando al charlar sobre cosas que forman parte de nuestras vidas.
Por cierto, en la foto podemos ver, de izquierda a derecha, a José Luis Santamaría (RFEdA y FCA), Esteban Delgado, Salvador Claret (Museo de Sils), Antonio Zanini, Carlos Beltrán (Nou Onze), Jordi Gual (RACC) y un servidor.
Gracias por seguirme y también porque si habéis leído este texto tened bien claro que sois tan apasionados a los coches como yo mismo o los que posamos para la foto. Gracias de nuevo.
Josep Autet
19 de julio de 2019
