Obituario: Jaume Rodríguez Enrich 



El pasado 12 de octubre, en la Clínica Sant Josep de Igualada, fallecía a los 72 años una persona importante para la competición automovilística y el propio sector de la automoción del país: Jaume Rodríguez Enrich (28 enero 1947-12 octubre 2019). Rodríguez falleció como consecuencia de un tumor cerebral al que tuvo que enfrentarse durante algunos meses.

Habría que remontarse a varias décadas para ver a Jaume Rodríguez de copiloto con conductores del nivel de Salvador Servià o Antoni Puigdellivol, aunque en esos años su actividad estaba más centrada en la creación con Pere Basols (fallecido el pasado 16 de agosto) y otros socios de la marca de llantas Stral, transformada posteriormente en Targa y luego en Braid. Esta última marca es en la actualidad una de las empresas punteras a nivel internacional, aunque Jaume hacía muchos años que estaba desvinculado de la misma.

Sus habilidades comerciales y su don de gentes le llevaron a las más altas cotas de responsabilidad. Obró durante un muy breve espacio de tiempo como colaborador de Antonio Zanini el año del europeo. Posteriormente fue manager de Salvador Servià y con el piloto de Pals sí desarrolló una extensa trayectoria, concretando patrocinios y programas en conjunción con el RACC, que le llevaron a la obtención de dos títulos de rallyes.

Jaume no tardó en entrar a formar parte de Fira de Barcelona, llegando a ser director de Sonimag, salón al que modernizó por completo e hizo que en varios años llegara a unas muy altas cotas de éxito. Todo ello le permitió pasar a dirigir el Salón Internacional del Automóvil de la edición de 1991, que también vivió un gran éxito organizativo y de popularidad.

Mientras tanto, su vinculación con Pep Bassas había ido en aumento desde mediados de los 80 hasta el punto de convertirse en su manager y transformarse en una pieza importante de su entorno, en especial cuando entró en la órbita de BMW de la mano de Luis G. Canomanuel. Ese hecho convirtió a Pep Bassas en piloto y preparador oficial, siempre con Jaume Rodríguez dirigiendo la intensa actividad comercial y de marketing que distinguió siempre al equipo. Ganaron carreras y campeonatos y crearon con mucho éxito empresarial Baporo, estructura que sigue en marcha a día de hoy aunque sin ninguna vinculación de los herederos de Pep.

En 1992 Jaume Rodríguez fue el responsable de las pruebas de esgrima de las Olimpiadas de Barcelona y más adelante fue director de marketing del mundial de natación. Entre tanto ya se había desvinculado de Fira de Barcelona para fichar como máximo responsable comercial de la multinacional Sanyo, en la que duró poco tiempo. También trabajó para Nestlé y el grupo Zeta. Coordinó las acciones de BMW en Cataluña y creó una consultoría de marketing que poco a poco fue derivando hacia otras áreas fuera de la automoción, como la alimentación y la participación en medios de comunicación de su Igualada natal, donde terminó sus días.

El recuerdo personal de Josep Autet
Siempre guardaré un buen recuerdo de Jaume Rodríguez Enrich, con cuya ayuda o apoyo arranqué dos importantes proyectos en mi vida. Apostó por mi como copiloto de Pep Bassas de cara a la temporada de 1987. La decisión de que yo le acompañara fue de Pep, obviamente, pero Jaime fue una de las personas que apostaron firmemente por mi persona. Aquel año fue intenso, en el copilotaje a Pep pero también en la comunicación, con Jaume. Tres años más tarde, al ser nombrado Jaume Rodríguez director del Salón del Automóvil de 1991, me llamó para que desempeñara el cargo de Jefe de Prensa. Aquella experiencia fue tan intensa como inolvidable, tanto que aún sigo allí colaborando de alguna manera con Fira de Barcelona.

Jaume Rodríguez ayudó mucho a Salvador Servià y a Pep Bassas en sus carreras deportivas, introduciendo en sus programas de rallyes imagen, comunicación, nuevos patrocinadores que eran seducidos para apostar fuerte y que, a cambio, recibían una fuerte promoción. ¿Quién no se acuerda de Seven Up, Telefunken o Sony? Jaume Rodríguez era un hombre peculiar que en su época desbordaba imaginación, ideas a menudo desorbitadas o excesivas pero que en muchos casos acababan por concretarse: tenía empuje, persistencia, una visión de las cosas muy suya pero siempre transmitía ilusión y confianza… Su desaparición me produce mucha pena, por lo que he contado a nivel personal pero también porqué es una de esas figuras que se van sin que se escuche el eco de los que le conocieron o trataron.

Descansa en pau Jaume. I quan et trobis amb el Pep Bassas, amb qui se't veu a la fotografia, recordeu amb molt d’orgull la història que vau crear junts.

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