Hasta siempre, amigo y compañero José Ramón 



Por Javier Figueiredo. Todavía sin poder asimilarlo, a pesar de ser consciente que una cruel enfermedad estaba a punto de llevárselo sin poder despedirnos como hubiese merecido, José Ramón González Rodríguez o “Zorro Plateado”, se nos fue para siempre el lunes 9 de diciembre, al filo de las diez de la noche, aunque allá arriba no tendrá mejor compañía posible que la de “Lalao” Reverter y Antonio Colemán, con quienes tantas y tantas horas pasó a lo largo de su vida.

No recuerdo exactamente cómo conocí a José Ramón, pero supongo que sería a mediados de los años 90 del siglo pasado, cuando comencé a realizar mis primeros rallyes como copiloto. Sí me acuerdo de la primera vez que me trajo de vuelta a casa, pues en aquella época era muy frecuente aprovecharse de sus desplazamientos para tal fin, ya que ejercía de observador en las pruebas del Campeonato de España de rallyes sobre asfalto, lo que ahora conocemos con el acrónimo CERA, un cargo que desempeñó durante muchos años. Aquel 9 de junio de 1996 allí estaba él a la hora acordada, muy temprano, en la explanada del Hotel Europa de Llanes, presto a recogerme en su BMW de la serie 5 con el que regresamos a Ourense. Fue el primero y casi de los únicos en saber que el piloto con el que había corrido ese Villa de Llanes me había agredido horas antes, sin explicación alguna, cuando llegábamos al hotel tras haber pasado buena parte de la noche disfrutando del ambiente nocturno llanisco y, cómo no, del emblemático Cambalache. Una situación desagradable que él tampoco supo entender demasiado bien, como yo, pero de la que supo tranquilizarme durante el largo viaje de vuelta a Galicia.

Con el paso de los años la relación se afianzaba al ser muchos los viajes que compartíamos juntos, a veces en compañía de integrantes de Escudería Ourense como Antonio Colemán o Julio Bouzo o bien los dos solos. Otro de los que me vienen a la memoria es el regreso de un Rallye de Madrid, el 16 de noviembre de 1997, que había corrido de noche con David Nafría tras el cual, nada más acabar el mismo, emprendimos viaje de regreso junto a Marcelo Rodríguez Carbone que, como ya os podéis imaginar, no estuvo callado un solo momento en las cinco horas que podría durar el viaje con su inicio en el estadio de La Peineta hasta Ourense, todavía sin la ansiada autovía desde Benavente hacia Galicia y cuyo trayecto se hacía eterno.

Recuerdo otra anécdota curiosa cuando el último fin de semana de septiembre de 2001 nos desplazamos Toño Gómez y yo a Almendralejo para realizar los reconocimientos del Rallye de la Vendimia, en su segundo año consecutivo en el Nacional y al que acudíamos los participantes del año del Desafío Peugeot. Estábamos recogiendo la documentación en la sede del Motor Club Almendralejo cuando al enterarse de que éramos gallegos ya comenzaron a hablarnos de José Ramón. Le tenían pánico y decían que era muy duro puntuando, aunque yo traté de tranquilizarnos diciéndoles que si lo hacían bien, no tendrían de qué preocuparse. Lamentablemente, y desconozco si fue debido a la puntuación final, nunca más volvieron al Campeonato de España. El año próximo cumplirán 50 ediciones y sería una buena oportunidad para regresar.

Tras su paso como observador comenzó a desempeñar otras funciones, centrándose en acudir a donde lo llamaban para ser director de carrera o director adjunto de la mayoría de rallyes de asfalto del Campeonato de España. Era frecuente verlo en Alicante junto a Vicente Cabanes, en El Corte Inglés y posteriormente Islas Canarias con su gran amigo Germán Morales, en el Príncipe de Asturias con Julián Moreno, en el Villa de Llanes primero con el inolvidable Jesús Peña y luego junto a Teresa Sobrino, en Avilés con su querido y apreciado José Ignacio López, en Santander con otro de sus buenos amigos, Fidel de la Peña; en el Rías Bajas colaborando junto a Fernando Mouriño y Marisa Arias, en Ferrol con Germán Castrillón o en Madrid colaborando con todo el personal del RACE y con Alberto Dorsch en el extinto Shalymar así como en todos aquellos que requerían de su presencia. Me olvido de gente y de carreras, claro que sí, pues también ayudó a muchos organizadores en pruebas de carácter regional, pero es imposible mencionarlos a todos. A algunos de los mencionados los eché de menos en el funeral para transmitirle su último adiós, así como a muchos pilotos y copilotos a los que trató siempre de apoyar en sus funciones. Supongo que sus razones tendrían o simplemente les sería imposible desplazarse hasta Ourense. Por eso agradezco, y no dudaba que acudirían, la presencia de sus amigos del RACC Aman, Jordi, Josep Maria, Marina y Francesc. ¡Gracias!

No obstante, su logro más importante y quizá menos reconocido porque así él lo quería y deseaba fue haber estado en las 29 ediciones puntuables para el mundial del RallyRACC Catalunya junto a otro de sus grandes amigos, Aman Barfull, que rápidamente lo reclutó para su equipo tras haber estado en la primera de ellas, la de 1991, ejerciendo de observador de la RFEdeA. Cada año me lo recordaba y en el viaje de vuelta desde PortAventura al aeropuerto del Prat siempre mentaba a los que ya no estaban y pensando que a cada edición que pasaba iba faltando alguna persona con la que tantas y tantas horas había compartido. Lamentablemente, cuando el RallyRACC regrese al WRC en 2021, el que no estará será él en esa enorme sala de dirección de Carrera y ya no podrá volver a enfadarse el último día, después de darse un buen madrugón, de todo lo que le hacía pasar el promotor del WRC durante el último reagrupamiento antes de la Power Stage, ordenando y reordenando el orden de salida al gusto de la emisión televisiva y haciéndoselo modificar hasta minutos antes de que los coches partiesen del mismo. Una vez superado este momento, descargaba toda la adrenalina y tensión que generaba y genera un rallye del mundial para regresar a casa, donde me iba contando multitud de anécdotas que quedarán entre él y yo porque, aunque periodísticamente sean muy interesantes para divulgar, sabía que nunca lo haría.

Desde que perdí el respeto a volar habíamos viajado juntos en los últimos cuatro años. Precisamente ambos compartimos su último rallye, el RallyRACC de 2019, al que fuimos y regresamos en mi coche desde Feá, en el municipio ourensano de Toén, al aeropuerto de Peinador en Vigo, siendo nuestro último encuentro en el viaje de vuelta. A esa bonita casa restaurada se había ido a vivir hace poco y aunque inicialmente parecía destinada para pasar sólo la época estival, la tranquilidad y la belleza del lugar en pleno corazón del Ribeiro le había embaucado tanto junto a Vicky, su mujer, que ambos lo convirtieron en su residencia definitiva para el resto del año. Todavía le quedaba mucho por disfrutar allí, sobre todo aquellos atardeceres de verano en su jardín en los cuales, si echaba la vista al frente, podía ver al otro lado del río Miño el edificio de la Fundación Estanislao Reverter en la antigua estación de Santa Cruz de Arrabaldo. El destino ha querido juntarlo con “Lalao” antes de lo debido, pero seguro que desde allá donde os encontréis es probable que estéis preparando un nuevo libro de ruta plagado de viñetas, controles horarios y tramos cronometrados y junto a Colemán seguiréis disfrutando de la que siempre fue vuestra pasión.

Innovó en muchísimas cosas y sus libros de ruta y planes de seguridad eran simplemente perfectos. Uno de los aspectos que más me llamó la atención en estos años fue cuando comenzó a diseñar los recorridos alternativos de los tramos, esos que se utilizan con escasa frecuencia pero que son necesarios en caso de interrupción de la especial por cualquier motivo ajeno a su desarrollo, con un tiempo igual o inferior al empleado en ese sector en cuestión. Con eso se evitaba que el rallye tuviera retraso en el siguiente tramo, manteniendo así el horario marcado inicialmente.

Todos los años, cuando llegaba el mes de junio, era su último Rallye de Ourense. Por eso ninguno de nosotros se lo creía y no nos lo tomábamos en serio, pues en octubre ya podías verlo de nuevo por las carreteras de la provincia de Ourense, que conocía mejor que nadie, intentando buscar nuevos tramos que, como siempre, se caracterizaban a menudo por su excesiva dureza y que le causaron no pocos disgustos por las críticas que recibía por parte de algunos pilotos.

He de reconocer que el martes 10 de diciembre, cuando llegué al tanatorio, me derrumbé totalmente al ver a Víctor Varela y a José F. Malvar, ya que junto a José Ramón y quien firma estas líneas formábamos el grupo de gallegos que íbamos en los últimos años a colaborar y a trabajar con el RACC en la organización de su rallye del mundial y al que, en las últimas ediciones, se había unido también Fidel Iglesias de T.C.R. Datos Norte.

Al menos, pudimos cumplir juntos una de mis peticiones y que casi parecía ya pesado de tanto que se lo había solicitado, como fue el acompañarlo en el coche 00 en un rallye, lo que se hizo efectivo en la etapa del sábado del Comunidad de Madrid-RACE de 2018, en la que me ofrecí a sustituir a Álex Moure, quien tuvo que ausentarse en la segunda jornada al tener que regresar a Galicia esa misma noche debido a un problema familiar.

Para finalizar, me gustaría que en 2020 se le hiciese un homenaje como se merece y creo que lo mejor que podría realizar Escudería Ourense es un tramo con la salida delante de su propia casa de Feá y que llevase su nombre. Ahí queda la propuesta, aunque también me duele especialmente que en vida no haya sido reconocido por la RFEdeA con la insignia de oro y brillantes de la institución, algo que sin duda hubiese merecido aunque él no era partidario de homenajes ni reconocimientos. Porque, en todos estos años en los que me he dedicado al periodismo, nunca fui capaz de entrevistarlo y no sería por haberlo intentado varias veces. Y por eso me extraña que se nos haya ido como vicepresidente de Escudería Ourense, pues los cargos no iban con él.

Allá donde estés, “Zorro Plateado”, apodo que en su momento acuñó otro de sus grandes amigos como era Jorge Cachaldora, te seguiremos recordando por tu sapiencia y trataremos de continuar evolucionando ese inmenso legado que dejaste. DEP.

Javier Figueiredo

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