Historia: Alfa Romeo en los rallyes (1): 1975 



Por Josep Autet. 

Si exceptuamos al muy eficaz Alfa Romeo 2000 GTV, un coche que data de 1971 y que a lo largo de la década se convirtió en uno de los grupo 1 más eficaces, Alfa Romeo nunca ha destacado lo que se dice en serio en el mundo de los rallyes. El 2000 GTV, con un motor de 4 cilindros y 1.962cc, destacaba por ser un vehículo sumamente competitivo y con una ficha de homologación muy bien elaborada por Autodelta, con dos tipos de caja de cambio y diferencial, lo que le convertía en sumamente eficaz en todo tipo de terrenos.

Pero el Alfa 2000 GTV era un coche de una categoría inferior, destinado básicamente a pilotos privados, no era un coche para luchar –normalmente– por la victoria, algo que los concesionarios de la marca en los primeros años 70 demandaban a la compañía. Fue así que tras un período de elaboración y puesta a punto en diversos rallyes de 1974, el Alfetta GT debutó en el Rally Sanremo de esa temporada pilotado por Luciano Trombotto, un piloto de nivel deportivo básicamente italiano que anteriormente había sido 8º en el San Martino di Castrozza.

El debut mundialista no fue afortunado ya que el Alfetta GT de grupo 2 nº 9 (Luciano Trombotto-Giuseppe Zanchetti) se retiraron el primer día por problemas de motor. El vehículo era un 4 válvulas de 1.880cc y unos 240 CV. En el Tour de Corse, que en 1974 se celebró los últimos días de noviembre, dos fueron los Alfetta GT presentes, uno de ellos terminó 10º y segundo de grupo 2 con Guy Fréquelin a su volante, mientras que la unidad de Bernard Béguin se retiraba por problemas de transmisión. Terminaba así una semi temporada de prueba en la que los resultados no fueron muy brillantes, los coches parecía que querían pero no podían, tenían problemas de refrigeración y sobre todo se mostraban demasiado pesados.

Pero el proyecto tiraba adelante y la escudería italiana homologó la última versión Alfetta GT el 1 de enero de 1975, anunciando su participación en el europeo de ese año a partir del Rally Costa Brava. Estos Alfetta GT de grupo 2, con un aspecto muy deportivo, fueron presentados en Girona en su mejor estado de evolución y pilotados por dos pilotos de excepción: Jean-Claude Andruet y Amilcare Ballestrieri, ambos con una enorme experiencia. El primero de ellos había ganado el año anterior en Córcega con un Stratos y, como las unidades Alfetta que participaron en esa misma carrera, en el Rally Costa Brava utilizaban el motor de 2 válvulas, menos potente que el 4 válvulas del Sanremo pero más fiable que éste. Autodelta siguió trabajando en el 4V pero la intención era arrancar temporada logrando un buen resultado y se quiso asegurar el tiro.

Rally Costa Brava 1975
El Rally Costa Brava de mediados de los 70 era una carrera del europeo de gran prestigio pero asimismo un rally muy duro. En esta edición de 1975 contaba con 20 tramos cronometrados (334,5 km de velocidad), de los que 6 eran sobre tierra, pero con la dificultad de que estas especiales estaban intercaladas con las de asfalto, lo que convertía al Costa Brava en un auténtico rally mixto, cosas de esos tiempos míticos en los que pilotos y copilotos eran realmente gente valiente.

En Osor empezaban las hostilidades, tramo en el que Andruet-Biche y su Alfetta nº 4 lo terminaban terceros, seguidos por Ballestrieri-Mannini. El tramo rey del rally era Coll de Rabell-Collsaplana, que con 44 km empezaba en Arbúcies y terminaba en Sant Julià de Vilatorta, recorriendo por lo tanto Coll de Rabell, Pla de les Arenes y Collsaplana en bajada, todo un desafío que Andruet recorrió en 29’18”8, segundo scratch tras Verini y su Fiat Spider, mientras que Ballestrieri era 4º con media hora justa. El italiano no iba a durar mucho ya que en la pista de Fontmartina rompía el cárter. Andruet marcó en esta primera etapa tiempos entre los tres primeros y al llegar al final de la misma en Girona era segundo, a 50” escasos del Fiat 124 Abarth de Maurizio Verini-Francesco Rossetti.

La segunda etapa, con otros 5 tramos por delante y como en las anteriores y las siguientes etapas con tramos de asfalto y tierra mezclados, veía a Andruet-Biche y su rojo Alfetta marcar tiempos muy similares a los logrados hasta ese momento, finalizando etapa y día en segundo lugar tras Verini y por delante de un Walter Röhrl (Opel), que en la tierra realizaba diabluras.

Tras un relativamente largo descanso, el Rally Costa Brava 1975 retomaba el camino de la tercera etapa con cinco especiales sobre asfalto, una de ellas el anteriormente mencionado tramo rey, aunque esta vez en sentido inverso. Verini y principalmente Bachelli demostraron su estado de forma monopolizando esta tercera etapa, con Andruet-Biche francamente eficaces, logrando tres segundas posiciones y dos terceras y llegando al final del giro a 37”6 de Verini-Rossetti. Todo parecía posible y la cuarta y última etapa, con 5 tramos entre ellos Les Corbes, dilucidaría la situación final.

En Santa Bárbara y Les Corbes, ambas sobre tierra, mandaba de un modo abrumador Röhrl pero en el apretado enlace hasta esta especial, en Castañet, Andruet rompía el cárter al impactar sus bajos contra una piedra, era el injusto final a una actuación global muy buena que de acabar en la segunda plaza hubiera sido un inmejorable inicio de campaña. El rally dio para mucho pero eso ya se escapa del objetivo de este artículo, en todo caso la clasificación estuvo encabezada por Verini-Rossetti (Fiat) seguidos de Pradera-Petisco (Alpine), Zanini-J.Sabater (Seat), Röhrl-Berger (Opel) y Jaroszevicz-Wojtyna (Fiat). Aunque no fue ninguna compensación, la victoria en grupo 1 y 7ª plaza de la general fue para el Alfa Romeo 2000 GTV de Caba-Galofré.

Un año con altibajos
A pesar de no terminar ninguno de los coches, la parte positiva del revés del Costa Brava fue que los motores de 2 válvulas se mostraron potentes y fiables, justo lo que se esperaba de ellos. El equipo se inscribió en el Rallye Lyon-Charbonnières y Andruet, bajo unas condiciones climatológicas difíciles, fue el primer líder de la carrera pero acabó saliéndose, mientras que Ballestrieri lograba acabar tercero absoluto tras los inabordables Fiat 124 de Verini y Bachelli.

La siguiente carrera fue el Rallye dell’Isola d’Elba, como en el Costa Brava con una inscripción fenomenal que fue sucumbiendo por problemas y salidas. Ballestrieri lograba una gran victoria para el Alfetta GT y además la marca lograba el doblete con Leo Pittoni (“Il pilota”), mientras que Andruet era cuarto después de sufrir problemas eléctricos.

Tras este éxito, el equipo se enfocó a las pruebas del campeonato italiano y en una de ellas, el Rallye San Martino di Castrozza, Ballestrieri finalizaba 6º y 1º de grupo 2, con Andruet de nuevo retirado, inconveniente que también afectaría a Ballestrieri y Enrico Svizzero (sustituto de Andruet) en la Coppa Liburna. Con muy pocas posibilidades en el europeo, el Tour de Corse y el Sanremo eran las grandes citas del equipo Autodelta, alineando nada menos que tres Alfetta GT de grupo 2 y diversos coches asistidos en la prueba italiana. El resultado en Córcega fue muy bueno ya que Jean-Claude Andruet-Yves Jouanny finalizaban en el podio y como líderes del grupo 2. En cambio, en el Sanremo todos los pilotos de punta se retiraban siendo el mejor el Alfetta GT ¡de grupo 1! de Alberto Brambilla (“Bip-Bip”)-Giorgio Bottini.

Punto final al programa
Sin duda, el de Córcega fue el mejor resultado de la marca ese año y con un coche que apuntaba al futuro. 1975 terminaba más o menos así, con Ballestrieri 4º del europeo, aunque también hay que mencionar que la marca tenía montones de 2000 GTV de grupo 1 y Alfasud TI de grupo 2, aunque eran coches claramente para pilotos y equipos privados. Quedaba claro que el Alfetta GT grupo 2 era competitivo, pero no para rivalizar siempre con los mejores coches del panorama, en especial los competitivos grupo 4. Bien avanzada la temporada, Autodelta había anunciado que abandonaría el proyecto de rallyes en grupo 2 y construiría un nuevo Alfetta GT V8 3.0 para destinarlo al grupo 4. En realidad este coche existió (se dice que se construyeron 2 unidades) y corrió con Ballestrieri una pequeña carrera italiana a finales de 1975. Este GT  V8 3.0, se dijo que con cerca de 350 CV, fue probado también por el propio Andruet en algún rally francés pero con poca fortuna y el proyecto no salió adelante: Alfa Romeo dejaba los rallyes.

Josep Autet
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