El adiós de Frank y Claire Williams de la Fórmula 1 



Desde que el equipo fuera comprado por el fondo de inversión norteamericano Dorilton Capital quedaba claro que la presencia de los Williams al frente de su equipo tenía los días contados, lo que nadie pensaba es que tras la venta los dos Williams, padre e hija, desaparecerían súbitamente de la escena de la F-1 tras la disputa del pasado G.P. de Italia de F-1, sin esperar si quiera a que terminara la temporada. Sirvan estas líneas para recordar en cierto modo el importante papel de Sir Frank Williams en esta especialidad. Y para ello nada mejor que reproducir algunos párrafos de la entrevista que Javier del Arco le hizo a Frank Williams el 17 de julio de 1973 en Reading, trabajo que se publicó en Fórmula.

Son recuerdos de algo que fue y ya no es, con toda la personalidad yy realidad de los auténticos protagonistas de la F-1 de los 70 y poniendo en evidencia el maestro Del Arco lo que muchos hemos pensado durante décadas ¿cómo ha podido sobrevivir Williams desde aquellos años 60? Lean, lean, no se pierdan ninguno de los detalles del inicio de la entrevista (que no reproducimos por cuestiones de espacio) y la manera magistral cómo cuentas lo que eran las instalaciones donde Frank Williams tenía instalado al equipo de sus comienzos...

En directo: Frank Williams
Por Javier del Arco (1973)

Tiene 31 años y lleva cuatro haciendo correr a diversos pilotos por cuenta suya. Ello quiere decir que a los 27 años, en 1969, era el más joven team manager de la Fórmula 1 y posiblemente uno de los más jóvenes de todos los tiempos.

Para muchos, probablemente para la mayoría, Frank Williams es un misterio. En un mundo en el que todo es tremendamente costoso, en el que mover dólares o libras esterlinas por miles es cosa frecuente, Frank Williams ha estado moviéndose sin apoyo económico aparente durante varios años.

“En realidad siempre he tenido sponsors, aunque a final de año las pérdidas superaban ampliamente los beneficios en mi balance. En 1969 y 1970 me apoyaba Machine Tools, una fábrica de máquinas herramientas. Este último año, además, De Tomaso pagó al construcción de los chasis. En 1971 conté con Politoys y Motul, a los que se añadió en 1972 el Banco Portugués, respaldando unipersonalmente a Carlos Pace. Y ahora, en 1973, tengo a Marlboro y a Fina cubriendo mis bolsillos. Como puede ver, nunca me han faltado sponsors; lástima que hasta el pasado año no fueron lo suficientemente fuertes”.

Frank Williams nos habla sentado tras una sencilla mesa en uno de los minúsculos compartimentos que hacen las veces de despacho en su pequeña nave-taller-oficina de no más de 20x30 metros situada en el número 36 de Bennet Road, zona industrial de Reading, Inglaterra. Considerando que, ahora, Williams se ha convertido en constructor de monoplazas de F-1 y que estos se construyen allí, el lugar resulta increíblemente pequeño. Tanto que John Clarke, el joven ingeniero que diseña los Iso-Marlboro de Williams, tiene su oficina técnica instalada en una roulotte aparcada en la parte trasera del terreno alquilado por Frank Williams (Racing Cars) Ltd.

No obstante, pese a lo exiguo del espacio disponible, todo parece funcionar perfectamente; sobre ruedas, casi nos atreveríamos a decir. El personal se compone de 17 personas, o 19 si contamos a los pilotos bajo contrato: un director y team manager que es, evidentemente, el propio Frank Williams; un jefe de diseño que es John Clarke; un jefe de mecánicos, Mike Coyte; dos mecánicos asignados al coche de bastidor número 01; dos más para el 02; otros tantos para el cuidado de los motores; uno para las cajas de cambio; cuatro para construir y reparar bastidores y tres personas encargadas respectivamente de llevar la contabilidad, ocuparse de los recambios y conducir y mantener el camión en buenas condiciones.

Cuando llegamos al lugar en cuestión, Frank está repartiendo los pantalones verde oscuro con los que todo el equipo aparece uniformado durante los Grandes Premios. Los cinco minutos que permanece ocupado en tal menester son más que suficientes para efectuar una visita completa al conjunto. En la estancia mayor, que ocupa dos tercios de la nave, los mecánicos proceden a la revisión completa de los Iso IR-01 e IR-02, utilizados por Howden Ganley y Graham McRae tres días antes en Silverstone. Uno de ellos ya tiene el motor completamente desmontado. En la estancia contigua, mucho más reducida, varios operarios tienen ya muy adelantado el monocasco del IR-03, que ya presenta ligeras diferencias con respecto a los dos anteriores. Por las paredes se hallan diseminados diversos trofeos y recuerdos. Una pequeña puerta comunica con las tres salitas delanteras: la de entrada y recepción y las dos que hacen las veces de despacho. En una de estas últimas, de 2x2 metros, junto al aparato del telex, es donde nos recibe nuestro hombre....

(La entrevista, de 4 densas páginas, es totalmente recomendable para los que posean el número de Fórmula de septiembre de 1973)

Bonus Track
Como una ironía del destino, en contraposición con el grave accidente de circulación de 1986 que le dejó en silla de ruedas, rescatamos de Fórmula este breve en el que se cuenta que Frank Williams ganó una carrera pedestre con motivo del Gran Premio de Italia de Fórmula 1 de 1973. 47 años más tarde, en ese mismo escenario de Monza, abandonaría para siempre la Fórmula 1…

Monza 1973
Al término de la primera jornada de entrenamientos para el Gran Premio de Italia, tuvo lugar una carrera pedestre entre pilotos, mecánicos y miembros de los equipos de Fórmula 1 con un desarrollo nada despreciable: casi 5 km. Pese a la participación de “hombres rápidos” como Jackie Stewart, Jacky Ickx, Peter Revson y Wilson Fittipaldi, fue Frank Williams quien se impuso, un tanto sorprendentemente, tras destacarse ya de salida. En segunda posición se clasificó James Hunt y en tercera Mike Tyrrell, hijo del patrón de Stewart. ¿Divertido? Sin duda. Pero también rentable, pues el vencedor se embolsó las 750 libras esterlinas –¡unas 102.000 pesetas!– ofrecidas por los principales sponsors de la F-1.

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