Circuito de Lasarte. G.P. de España, 24 de septiembre de 1933 



Lasarte, engañoso si no traidor, carente de rectas, pero ancho, amplio y sinuoso, exige un esfuerzo físico constante, demoledor, porque pide velocidad. El acelerador va a fondo ayudado con un continuo juego de volante. El cálculo, la experiencia, han de dominar al impulso, a la audacia, a la valentía. Ese es Lasarte, el que se ha burlado de Nivola, el de Mantua, por ese exceso de fogosidad cuando le ganaba la partida en el aspecto físico.

¿Y Chiron? ¿Qué ha hecho Chiron? Sencilla respuesta: el del pañuelo a lunares al cuello acaba de hacer una carrera de las suyas, corría contra sí mismo. Louis Chiron (Alfa Romeo) y Tazio Nuvolari (Maserati), los dos capitanes se conocen hasta la médula, con una doble ventaja para el monegasco: se lanzó a la fama aquí hace seis años y se percata del castigo a quien se revela a las normas del propio circuito. Y en segundo lugar Maserati lleva conquistadas la mayoría de las pugnas este año, eso sí, a manos de Nuvolari.

Con semejante conocimiento enciclopédico Chiron mide su carrera, calcula las posibilidades de su bólido y razona con frialdad el coraje de su máximo contrincante. En verdad, cuánto ha aprendido este hombre y qué distinto de aquel principiante que plantó cara al gran bugattista Materassi y al propio circuito en 1927.

El desarrollo de las 11 ediciones y sus correspondientes carteles se recoge en el libro “Circuito de Lasarte. Memorias de una pasión”de 332 páginas con más de 400 fotografías a gran resolución y del que apenas queda un puñado de ejemplares.

En <http://circuitodelasarte.com/index.php>  se detallan los objetivos del libro, sus características técnicas, un resumen de contenidos y la forma de adquirirlo.

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