Competición vivida: Ritmo en el cuerpo 



Por Josep Autet.

Afrontar una carrera del Campeonato de Europa siempre es un desafío. En mis años de competición, correr el Costa Blanca-RACE, El Corte Inglés o el Príncipe de Asturias eran palabras mayores. Y cuando el rally al que salías era el Costa Brava significaba que tenías por delante tres días de alto voltaje. Era el rally más esperado para cientos, miles de pilotos, copilotos y aficionados. Corrí esta carrera de tanta magia un total de 7 veces y sólo logré terminarla en dos ocasiones, en 1987 con Pep Bassas en una más que buena tercera posición y en 1989 con Mia Bardolet, tras dominar el grupo N desde el 10º puesto absoluto.

Mi último Costa Brava fue el de 1992, ya mundial, junto con Mia en un Sierra oficial. Ese último año corrimos la que fue 40ª edición y en 2021 y 2022 he “regresado” al Costa Brava en las que han sido 69ª y 70ª ediciones, ahí es nada. ¿En qué se asemejan ambas épocas? Mencionar ‘Rally Costa Brava’ es casi como un imán, lo era antes y lo sigue siendo ahora, para miles de personas amantes de los rallyes. Desde que el Rally Costa Brava se inició en 1953 como una excursión casi turística entre Barcelona y las poblaciones costeras del Alt Empordà no paró de evolucionar e incrementar su prestigio pero fue a partir de 1972, hace justo 50 años con la entrada de la carrera en la órbita europea, cuando inició una escalada de buena reputación que no ha cesado de aumentar.

No proseguiré con la historia de esta carrera, espero que haya un momento en que pueda contarla como es debido, pero he querido empezar así la habitual crónica racing post-carrera para dejar entrever cuan importante ha sido tanto para Jordi Ventura como para un servidor haber terminado dos Costa Brava consecutivos en posiciones más que buenas. El actual Rally Costa Brava es otro comparándolo con el de los años míticos del europeo de los 70 y 80, pero para la gente de rallyes sigue siendo la referencia y las monumentales listas de inscritos que se registran cada año, con la mitad de equipos de fuera y además muy bien armados, lo corroboran. Enhorabuena RallyClassics por seguir adelante con una carrera trascendental.

Después del tercer puesto en Pre90 de 2021 con el maravilloso Golf le tocaba el turno ahora al Sierra, que después de la demostración de Lloret de Mar se mostraba por fin en una gran y deseada forma. Y la mecánica, ésa es la verdad, ha seguido a un magnífico nivel. Preparar bien un rally es básico para salir mentalmente a punto, eso fue así una vez más. Además, empezar la acción en “Els Àngels” era algo particularmente grato. En todo caso el 11’12”7 que marcamos nos daba el primer puesto en los campeonatos de casa… ¡y el segundo scratch absoluto del rally! Llevábamos gomas de agua, el suelo no estaba para bromas, pero aunque anduvimos rápidos nunca imaginamos poder lograr una performance de este calibre.

Los cronos no fueron tan excepcionales en “Santa Pellaia” y “La Ganga” pero estábamos entre los tres primeros del Campeonato de España y a una distancia asequible para iniciar un segundo giro posiblemente ya con cubiertas de seco. Nada más lejos de la realidad. A poco de salir de la asistencia comprobamos que la gente de delante seguía con neumáticos de mojado aunque el boca-oreja hacía intuir poca lluvia. Optamos por hacer como todo el mundo… y a ver qué.

Las Pirelli de mojado se comportaron de maravilla en las zonas donde una rueda de seco hubiera sido la ideal. En manos de Jordi Ventura, claro. Nuestra guerra estaba lógicamente con la gente del CERVH y los 10’52”9 de “Els Àngels” nos permitieron sacar una buena tajada a Sainz-De la Puente (Subaru Legacy) y Martínez-Larrosa (BMW M3), quienes estaban haciendo –y seguirían haciendo– un gran rally. A final de tramo habíamos superado en la provisional a estos últimos y teníamos a tiro al potente Legacy 2.0 Turbo.

Llegó la segunda de “Santa Pellaia” y le pudimos sacar 3” justos a Sainz-De la Puente, de manera que nos situábamos a 2 décimas. Por otro lado, habíamos logrado más de 15” sobre el M3 al que dejábamos ya a casi medio minuto. La verdad es que el tramo estaba resbaladizo aunque no de un modo uniforme, ruedas de seco posiblemente hubiera sido lo suyo… pero no había imposibles para Jordi.

Con “La Ganga”, ya todos equipados con ruedas para seco, finalizaba la jornada. Ahí le pudimos endosar 4”2 al Legacy y 5”8 al M3, ¡ya éramos líderes! A medio rally (y con la etapa más difícil por delante) el asunto iba más que bien y el coche estaba funcionando de maravilla.

El sábado amaneció con lluvia, lo que no ofrecía dudas sobre los neumáticos a utilizar. En “Osor” los colegas del BMW nos sacaron 2”. No fuimos al máximo, contábamos con algo más de medio minuto de ventaja y pudimos comprobar las posibilidades de nuestros rivales yendo nosotros a un ritmo concreto, elevado pero mejorable. Estaba claro que había que apretar un poco más. Además, se habían retirado Sainz-De la Puente, por lo que la lucha ya era exclusivamente entre el Sierra y el M3. Emocionante sin duda.

Y llegó Collsaplana. Ese era el tramo, por longitud y dificultad, que tenía que marcar las diferencias. Afrontamos toda la subida a un ritmo alto pero con el inconveniente del abundante barro que cubría la mayor parte del asfalto en las curvas donde se podía cortar. Cuando vas a toda leche y tienes que meterte por dentro so pena de salir escupido hacia el exterior por la ausencia repentina de adherencia estás un poco perdido: ¿Estamos yendo con demasiada cautela en estos cenagales? ¿Cómo deben pasar los otros? ¿Se puede arriesgar más?

Ningún susto, a saco y pasando como se podía por los “tramos de barro” en que se habían convertido algunas curvas, notando los tremendos impactos de los bajos del Sierra contra las cunetas, pero el coche lo aguantaba todo. La zona rápida de mitad de tramo la pasamos francamente bien y enfocamos a buena marcha la bajada hacia Sant Hilari, completamente mojada y con algo de niebla. Nuestro ritmo seguía siendo el de todo el tramo, rápido pero sin ningún exceso, con unos ojos como platos y un sentido del equilibrio del piloto que para qué os voy a contar.

A unos 2 km del final, a mitad de una izquierda media sin aparente dificultad, el Sierra se fue de morro y Jordi quiso enderezarlo con el freno de mano pero fue peor. La palanca es la normal del coche y no deja que seas ni eficaz al tirar para arriba ni rápido al desbloquear hacia abajo, el coche inició un semi trompo que nos dejó perpendiculares a la carretera pero con las dos ruedas delanteras metidas en la cuneta interior… de más de un palmo de altura a causa de diversos asfaltados.

Cuando Jordi aceleraba marcha atrás para salir las ruedas patinaban ya que el coche tocaba en el suelo por detrás de las ruedas delanteras. Vino público, algunos con cámaras sacando fotos, uno empujaba para aquí, otro apretaba para allá, “¡venga, empujad fuerte!”, alguien incluso abrió el capó trasero para montarse encima del coche, pero nada… Tengo que reconocer que tardé demasiado en bajar, inicialmente creímos que 6 o 7 personas podrían desatascarnos y nosotros seguir rápido perdiendo un mínimo de segundos, pero el tiempo pasaba ¡y también lo hicieron “Alcon”-Larrosa! ¡Estábamos perdiendo minutos!

Bajé, intenté poner orden para que todo el mundo empujara hacía un mismo sentido, unos tirando agarrados a las barras laterales de ambos lados y otros empujando desde delante. En el ínterin pasaron Riberas-Circuns, ¡2’ mínimo perdidos ya!. Finalmente, en una de las apretadas lo logramos al ritmo de “a la de tres”. No pasó ningún coche más y creo que sin decir gracias (lo sentimos chicos, comprended los nervios por lo que pasábamos, gracias en todo caso) reemprendimos la marcha, yo atándome como pude y Jordi comprobando si el coche andaba bien.

Una vez estuve sujeto y después de más de 1 km a vista encontré la curva que tocaba y le pude cantar el medio km final. Terrible… perdimos 3’49” respecto al M3, todo se había ido al garete pero en absoluto nuestras ganas de seguir con nuestro punch. Me he alargado al contar todo esto, acabo ya o no habrá quien llegue al final...

Una vez pierdes un liderato tan importante, te quedas tocado. Fuimos recuperando fuelle, marcamos algún tiempo interesante, como los dos últimos scratch del rally (en las segundas pasadas por “Collsaplana” y “Cladells”) y nos afianzamos en segunda posición del Campeonato de España.

Las notas a pie de página las dejamos para otro día. En todo caso el buen sabor de boca es real. Cuando estábamos en la pomada éramos competitivos, incluso también hacia el final de todo cuando no teníamos otra posibilidad que mantener el segundo puesto, ése es el mejor augurio de que podemos seguir presentando batalla. Acabar segundos tras perder casi 4’ en un tramo ¡es para estar contentos! Nuestra más sincera enhorabuena a José María Martínez y Luka Larrosa, grandes y justos vencedores del Campeonato de España Pre90 en el 70 Rally Costa Brava, una actuación excelente la suya.

Gracias por la paciencia amigos, ¡hacedme saber si llegáis a esta frase final!

Josep Autet
20 de marzo de 2022

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