Competición vivida: Mi 71 Rally Motul Costa Brava, el de regularidad 



Por Antonio Arderiu.

Tenía una espina clavada y era que, por un cúmulo de circunstancias, nunca había logrado participar en el Rally Costa Brava. Así es que, este año, haciendo malabarismos con el calendario, conseguí apuntarme y participar. Y, la verdad, es que no me defraudó en absoluto. Es un rally magníficamente organizado, bien estudiado y pensado, excelentemente publicitado, mejor desarrollado y, desde mi punto de vista, muy disfrutado… Desde luego (y voy a ser malo) mucho más divertido que otros de otras organizaciones que se las dan de grandes y que, sinceramente, de eventos de coches históricos y clásicos, ni p… idea. A los resultados me remito.

Participamos Luis Góngora y yo con el Porsche 914/4 dos litros, pues, de vez en cuando, conviene que le de el aire. Encuadrados en Regularidad pues, si a mis 70 y pico años me apunto en velocidad, me llevan al psicólogo fijo. Eso de la regularidad a la española (hay muchos otros modelos), es un poco como un “coitus interruptus”. Cuando aprietas para que se apague la luz roja y te animas, frenazo al canto porque sale la verde, y vuelta a empezar. Un autentico “cognazo”. Y, debo confesarlo, lo llevo bastante mal porque no sé gestionarlo. Mi admiración por un lado para quienes saben hacer 16 km con 0,5 puntos y mi conmiseración, por otro, porque debe ser aburrido de lo más. Al menos, nosotros sufrimos…

Bueno, a lo que íbamos. El primer día, tres tramos a repetir dos veces, con varias pasadas y una media parte en el parque de trabajo (para otros lo del trabajo) parecida a los intermedios de Antena 3, esos que no se acaban nunca. Empezamos con Els Àngels, versión larga. Asfalto estupendo hasta arriba del Santuario y un poco bacheado en el descenso. La subida tiene una serie de curvas encadenadas y otras a derechas, un poco retorcidas y las gestionamos en segunda y tercera sin hacer animaladas. Al final 26,3 puntos, el 23 clasificado del tramo.

De allí a Santa Pellaia, un corto paseo. También con luz de día y buen asfalto, la dificultad está en los kilómetros intermedios y en las curvas del descenso. Aquí la calzada ya estaba muy sucia y nos marcamos algún deslizamiento en algún viraje. Total, 13,5 puntos que suponía el 20 puesto.

Luego venía Salions – Sant Grau. Asfalto bueno al principio y retorcido en la subida a Sant Grau. Yo no sé que me pasó pero, en el cruce hacia la ermita, me dio una pájara o un coma etílico retrasado y no supe poner las marchas, parándose el coche y debiendo volver a arrancar. A partir de entonces, a “saco Paco“ con una luz que no era roja, sino ya morada. Conseguimos ponernos en media en el descenso pero, aun así y con el sistema de regularidad español, cayeron 127,9 puntos que representaban el 28 del tramo.

Tras una tediosa parada en el parque de trabajo, segunda vuelta ya anocheciendo. Salimos a Els Àngels cuando advertimos que la luz del coche es en realidad una porquería. No ilumina gran cosa. Segundo error mío por no haber calculado que iríamos de noche. La pena, 41 puntos y lugar 23 del tramo.

Ya más iluminados después de los acelerones que le dimos para recargar batería, y después de eliminar el TomTom para que no gastase electricidad y alguna otra cosa más (la luz del salpicadero, etc.) nos enfrentamos a Santa Pellaia 2, completamente de noche, es decir, negro cual sobaco de mono. Subimos bien pero, en una curva a derechas enlazada con otra muy cerrada a izquierdas, y que estaban muy sucias, el coche hizo un deslizamiento controlado y, como no era cosa de estamparse haciendo regularidad, pensé, “no hagas el imbécil y tómatelo con calma“. La calma se tradujo en 20,09 puntos y el 22 del tramo.

Relativamente largo paseo (largo por la concepción del rally, no por km) hasta Salions, para el último del día. La organización había preparado un recorrido un tanto alambicado por el interior de Tossa de Mar, suponemos que para que pudiéramos ver el mar, y así justificarse los numerosos extranjeros participantes en el sentido que habían estado en la Costa Brava. Vana ilusión pues ya estaba oscuro. Salimos al tramo de Salions recordando la primera pasada y repitiéndome para mi interior: “No hagas el burro, tercera hasta el cruce y luego segunda, no pretendas epatar“.

Así lo supe hacer y subimos a buen ritmo, viendo los desastres acaecidos a otros en la subida, y a punto de acompañarles en la última paella a derechas, donde fuimos a buscar setas sin mayores desaguisados. Culpa de la luz y de los años (míos). Total, 63 puntos, la mitad de la primera pasada, pero solo conseguimos bajar tres puestos.

Vuelta a casa, es decir Girona, previas las correspondientes paradas en la zona de asistencia donde hacía un viento muy molesto. Coche al parque cerrado y a continuación cenar y dormir. Habíamos acabado en la posición 22 con 293 puntos de nada. Una porquería por no decir otra cosa.

Lo que tiene de bueno este rally para los que vamos a regularidad, es que no es nada cansado ni estresante. Al día siguiente nos levantamos a una hora decente, desayunamos con calma y, personalmente, pude ir al parque cerrado a golpe de calcetín, cumpliendo así con mis obligaciones físicas. Salimos y nueva y tediosa parada en el parque de trabajo donde aprovechamos para mirar alguna tontería del coche y los niveles.

El primer tramo era Osor. Mientras nos dirigíamos allí, discutimos la jugada con Luis, que me dijo que era preferible estirar la segunda que cambiar continuamente a tercera. Salíamos detrás de Jordi Roca, que es un tío estupendo, y que iba acompañado de Eloi Alsina, que es un gran copiloto. Nos sorprendió la arrancada que hicieron, tipo velocidad, con el Seat 124 Sport Coupé dejando neumático. Nosotros salimos más despacio, pues el punto flaco de los Porsche siempre he oído que era el embrague. Probamos la técnica de estirar la segunda todo lo posible y, la verdad, es que, desde el punto de vista de las dichosas lucecitas, bien, son más fáciles de controlar, pero desde el disfrute, non. Resultado: 8,9 puntos y 17 del tramo.

Del final del tramo, tras un paseo turístico por las afueras de Sant Hilari, a Collsaplana. Este es un tramo que, a mi personalmente, me gusta mucho salvo el trozo del Pla de les Arenas, que es aburrido y solo sirve para que los de la regularidad recuperemos. No fue del todo mal el tema con la táctica de estirar la segunda pues conseguí ver la luz azul en los sitios más difíciles. Lo malo es que, en el trozo ya comentado del Pla de les Arenas, penalizamos por adelantos pues, la verdad, me parecía de mala educación hacer aquellos trozos en marcha corta, y, entonces, ponía tercera y cuarta, con lo que la media se iba a hacer puñetas. Total, 18,5 puntos y ser el 23 del tramo.

Vuelta a la tournée por Sant Hilari y al ultimo de la primera ronda del día, Cladells en sentido descendente. Los de velocidad lo habían dejado hecho un asco y, además de las lucecitas, las medias y demás, debías ir haciendo curvas para evitar las piedras en la calzada pues, si cogías alguna, pinchazo seguro. Haciendo caso a las indicaciones de Luis creo que hicimos un buen resultado con solo 6,7 puntos, es decir, bastante menos que medio punto por km. Sin embargo, era el 18º resultado del tramo pues el primero había hecho 1,6.

Fornells de la Selva nos esperó para otra larga y tediosa espera de más de una hora para entrar en parque de trabajo, que, en mi caso, era trabajo para el estomago, pues estaba desfallecido de hambre. Tras más de una hora y media de cháchara, salimos para la segunda vuelta del día, que era una repetición de la primera pero con sol. En el primer tramo, Osor, creía que afinábamos bastante pues, según nuestros cálculos, caerían pocos puntos. Así fue, 5,5, menos de 0,5 por Km., pero resulta que el primero hizo 0,8 y a nosotros nos toco el 21º de la tabla. ¡¡Mala suerte!!

Tras la vuelta de rigor por las afueras de Sant Hilari, donde comprobamos como recogían las mesas del aperitivo, a por Collsaplana. Aquí 18,8 puntos, varios por adelanto, y el puesto 20 del tramo. Como he dicho antes, en las rectas y trozos llanos que hay a uno se le olvida que hace regularidad y tiene la tentación de darle. Moderación, que nos falta moderación…

Ya empezaba a oscurecer cuando nos fuimos al ultimo tramo, Cladells. Salimos que ya era oscuro y, como las desgracias nunca vienen solas, allí no sé porque se empañaron los cristales de mis gafas con el dichoso sotocasco. El tramo, todo él en plan “cegato“, todavía fue digno: 7,8 puntos. Pero como el primero había hecho 1,1 ya íbamos el 23 de la clasificación de la especial. Como decía al principio, esto es para desesperarse pues, al contrario de otras pruebas, no hay margen para recuperar. ¡¡Que le vamos a hacer!! En España, es así…

Tras el tramo, otra muestra más de sadismo con una media hora en el parque de trabajo, donde hacia un viento considerable y, a la llegada, el pódium. Fin de mi Costa Brava que, insisto, estuvo magníficamente organizado. Me gustó y espero volver. Pero ello no quita que deba ser crítico con la regularidad tal como se entiende en estos lares. En mi oficio me han enseñado que los rallys deben ganarse con muchos puntos, muchos, y que si no es así, es que algo no funciona. Me extenderé más en una próxima ocasión.

Antonio Arderiu Freixa

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