Competición vivida: mis memorias con “El Oso” (II) 



Capítulo II, por Rafael Castañeda. 

Viaje a Stuttgart: Salimos desde Madrid, Alberto y yo, en una de las dos camionetas/rubias Dodge Dart que la ER usaba en las asistencias de los rallyes. Fuimos de un tirón a Stuttgart y llegamos en la tarde del día siguiente. Fuimos directos a la sección de carreras de la fábrica Porsche para verificar que el coche estaba listo y hacerles saber que al día siguiente estaríamos pasando a recogerlo. Hicimos noche en el Hotel Hilton y temprano al día siguiente salimos hacia Múnich a buscar un remolque usado que Ben Heiderich nos había conseguido desde Madrid. No llegamos a Múnich ya que un poco antes nos desviamos hacia un pequeño pueblo pegado a un idílico lago. Allí enganchamos el remolque y regresamos a Stuttgart a buscar el Porsche 911ST (como se les ha dado a conocer en algunos círculos), que equipaba el poderoso motor 2.2.

Los técnicos de la Porsche nos insistieron en que era estrictamente necesario calentar el motor por bastante tiempo antes de usar el coche. Llevaba aceite Shell Rotella, que era el que se usaba mayormente en camiones diesel y era muy pesado, por lo que necesitaba calentarse lo suficiente para que lubricara correctamente el motor antes de manejar el coche. Una vez tuvimos todos los papeles necesarios para la aduana española, salimos ese mismo día rumbo a Orense, que es donde íbamos a correr por primera vez con él. En el trayecto de regreso, Alberto estaba muerto de sueño y cansancio por lo que después de muchas advertencias me dejó que yo manejara la Dart con el coche en el remolque. La responsabilidad era gigante y me acuerdo que iba con tanto cuidado que hasta los camiones me pasaban...

Al día siguiente, por los alrededores de Puebla de Sanabria, Alberto decidió bajar el Porsche del remolque y seguir manejando hasta Ourense para irse familiarizando con él, ya que la próxima vez que iba a usar el coche sería ya en el rally. Tras una actuación que considero buena logramos la victoria en el Rallye Ourense, nuestro primer triunfo del año: ¡excelente! Además, lo logramos por delante de Tramont y Segovia. Entre lo que recuerdo está que empezó dominando José Pavón, que iba con un 911 R, pero se salió y abandonó. A partir de aquel momento nuestra pelea fue con Tramont y el Alpine 1600, de la que salimos ganadores. Eladio, con el otro 911 S, acabó cuarto.

Otro rally que Alberto había entrenado con su novia Ita, antes de salir para Stuttgart. Lo mejor de dos mundos para mí. El aburrimiento de los entrenamientos que se lo cale la novia (con alguna que otra parada para "admirar" el paisaje) ¡y yo "divirtiéndome" en el propio rally! Como el coche estaba recién llegado y no había pasado por Madrid todavía, no tenía las rayas azul y rojas con las que corrió a partir del siguiente rally, el Rías Bajas.

Rallye Rías Bajas: Abandonamos después de la prueba de velocidad de circuito en Coya en la que Alberto pinchó y yo, en lugar de estar en "boxes" como se "suponía", estaba en el otro extremo del circuito con unos amigos (José Mª Rifé y Carlos Rubio) y no pude ayudarlo a cambiar la rueda rápidamente. Me extrañó no verlo pasar en una de las vueltas y en la siguiente, cuando lo vi y le hice una pregunta con los brazos, me contestó con el puño en alto y como todavía eran tiempos del franquismo, asumí que ¡no era un saludo político de oposición!

El rally lo empezamos muy bien pero tuvimos una salida en el segundo tramo, sin daños para el coche, pero con una pérdida de muchos minutos hasta que los espectadores nos ayudaron a subir el coche a la carretera, no valía la pena seguir en el rally y arriesgar el coche para terminar muy atrás. Recuerdo vagamente que para regresar a Madrid tuve la suerte de que Lucas Sainz viajó pronto en su nuevo y flamante Porsche 914/6 y me aceptó nuevamente como copiloto. El viaje fue todo un éxito ya que en el 914 hay espacio para tres ocupantes y el tercero en discordia, la tercera para ser exactos, fue la bellísima Mª Luisa, hermana de la novia de Alberto ¡y con la que salí por algún tiempo! Simpática situación en la que un equipo de "hermanos de rally" salía con un equipo de "hermanas de sangre". La realidad es que no salimos juntos nunca, ya que Mª Luisa y yo éramos muy buenos amigos, mientras que Ita y Alberto ya estaban en la antesala del matrimonio.

Rallye Ciudad de Oviedo: No me acuerdo prácticamente de nada de ese rally, excepto que había varios tramos con mucha niebla y un tramo cerca de La Felguera, con una carretera muy ancha y bien asfaltada, en la que dio gusto exprimir la potencia de los Porsche. Hicimos un trompo en el primer tramo y seguimos tranquilos, pero luego apretamos aunque no debimos hacer un buen rally ya que terminamos terceros, detrás de Eladio y Juncosa, y en condiciones normales Manuel nunca tenía coche (Abarth 2000) para competir de tú a tú con los Porsche. Según algunas referencias que he buscado, ese Abarth solo tenía unos 205 caballos. Lo importante fue que salimos del rally segundos del campeonato.

Rally del Sherry: Otro rally del que tengo pocos recuerdos y que tampoco entrené. Primero quiero mencionar que no era un rally puntuable para el Campeonato de España, por lo que no estaba en el calendario original de la ER. Sin embargo, como tenía un premio de 100.000 pesetas al primer lugar, Alberto convenció a Eladio de que lo dejara participar. No sé como fue el acuerdo, pero hasta ese momento los premios en metálico de los rallyes se los repartían piloto, copiloto y coche, en porcentajes que variaban mucho de equipo en equipo y de participante en participante. Estoy seguro de que el porcentaje que yo recibía era distinto al que recibió Ricardo Muñoz en los rallyes que él corrió en mi puesto, que creo fueron un par de ellos. El, por ser más experimentado, probablemente recibía un porcentaje mayor.

El porcentaje también variaba según el rally. En mi caso, recuerdo que estaba entre el 25% y el 33%, lo que no recuerdo es que fuera del total del premio pues en más de un caso se rebajaban de lo que nos daban ciertos gastos y el porcentaje aplicaba el monto restante. En cualquier caso, 25% de 100 mil o el 33% de 50 mil seguía siendo un pastón en aquella época, por lo que la participación en el Rally del Sherry era una oportunidad que no se podía dejar pasar.

Ganamos el rally con facilidad, ya que no había competencia fuerte, pero tuvimos un problema serio que casi nos hace perder el rally: los tramos de tierra. El coche no estaba preparado para correr en tierra y nunca nadie pensó en el daño que las piedras le iban a hacer a los escapes tipo 911R que llevaba el coche. Estos estaban al final y eran unos espaguetis que terminaban en dos tubos. Bueno, pues las piedras de los pocos tramos de tierra intercalados entre la mayoría de asfalto golpearon los tubos y los aplastaron con lo que el coche al tener los escapes semi bloqueados perdía mucha potencia. Afortunadamente había una neutralización de una noche en Jerez y como ya habíamos avisado a Madrid, los mecánicos de Talleres Hispano Alemán le quitaron los escapes al Porsche de Eladio y salieron disparados hacia Jerez con el repuesto.

A la mañana siguiente había un tiempo pequeño que no era de parque cerrado y le pudieron cambiar los escapes a nuestro Porsche sin incurrir en ninguna penalización. Más suerte tuvimos con el hecho de que después del descanso en Jerez ¡no había ningún otro tramo de tierra! Esa noche, en la que un mecánico de Ben Heiderich (el dueño de Talleres Hispano Alemán -THA-, único concesionario Porsche en Madrid o España) manejó sin descanso desde Madrid a Jerez (ojo, ¡que no había autopistas!), yo tuve el enorme placer de conocer y dormir en el precioso cortijo de los padres de Alberto, a medio camino entre Jerez y Sevilla.

Rallye de España (RACE): Otro rally que no tuve que entrenar. Por estar más o menos en los alrededores de Madrid conocía muchos de los tramos por los rallyes de regularidad que había corrido el año anterior, excepto los de tierra que eran una total novedad para mí. Sorprendentemente, volvimos a utilizar Michelin VR para los tramos de tierra (también creo que lo hicimos en el Rally del Sherry). Unos neumáticos que, aunque probablemente algo más resistentes que los habituales Dunlop Racing, no eran en absoluto neumáticos diseñados para la tierra. Los Michelin VR eran los neumáticos con los que venían todos los coches "exóticos": Ferrari, Lambo, Maserati, Aston, etc. Eran neumáticos de altas prestaciones para asfalto.

Los Alpine y Lancia contra los que competimos tenían neumáticos para tierra. Obviamente los equipos de fábrica tenían sus ventajas sobre nosotros por muy bien equipados que pudiéramos estar. Sin tener detalles de los tiempos específicos de cada tramo me atrevería a sugerir que quedamos segundos en parte por la falta de buenos neumáticos para tramos de tierra; y también porque después del último tramo de tierra venían dos tramos de asfalto muy seguidos y ninguno de los equipos oficiales pudo cambiar sus neumáticos de tierra a asfalto, ¡mientras que nosotros sí! Pero ¿adivináis qué pasó? Esos dos tramos fueron anulados por razones un poco sospechosas, por lo que la oportunidad de recuperar algo del tiempo perdido en la tierra se esfumó.

En este rally no tuvimos problemas con las piedras y los tubos de escape, ya que a la vista de lo ocurrido en el Sherry los mecánicos de THA inventaron unas placas ventiladas de protección que colocaron debajo de las partes frágiles y funcionaron a la perfección. Terminamos segundos, lo que nos ponía bien de cara al campeonato ya que nos fuimos para casa líderes del Campeonato de España. Acabamos entre los dos Alpine 1600 oficiales franceses, ganó Nicolas y tras nosotros se clasificó Darniche.

Una anécdota curiosa que recuerdo es que el campeonísimo Sandro Munari tomó la salida del rally en, nada menos, que el mismísimo Lancia Fulvia HF 1600 Barchetta con el que había corrido meses antes en la Targa Florio. Para nosotros era el claro favorito con un vehículo tan especial y eso se confirmó al ganar el primer tramo. Pero no contaban con el "fresquito" de finales de octubre en los tramos de montaña y después de varias pruebas, Munari se vio obligado a abandonar ¡porque estaba congelado! La versión Fulvia del rally tenía un mini parabrisas que protegía a piloto y copiloto y, supongo, debería tener un roll bar protegiendo a ambos. El coche era el mismo que corrió en Italia. ¡Ah! y tampoco tenía calefacción... al igual que todo otro coche de competición en circuito.

Hablando de calefacción debo mencionar el detalle de que los Porsche refrigerados por aire tampoco tenían calefacción cuando estaban parados, por lo que llevaban un pequeño motor exclusivamente para calentar el coche. Al pararnos antes de las pruebas o en descansos un poco largos, podíamos tener el motor grande apagado y el motorcito de la calefacción encendido para no congelarnos. Muchos espectadores se preguntaban qué ruidito era ese que hacía el coche cuando estaba apagado en un lugar en el que hiciera frío (que eran la mayoría, ya que las pruebas eran mayormente pruebas de montaña que es donde había más curvas y menos tráfico). Esos ingenieros de la fábrica Porsche sabían muy bien que en un coche de rally ¡no debían eliminar la calefacción! ¿Que si hacía frío en algunos rallyes? ¡Pues mucho!

¿Que por qué no corrí el Rallye 2000 Virajes? En octubre de 1970 me mudé de Madrid a Alicante y cambié los estudios. Después de quedarme anquilosado en 2º de Caminos, y dado que mi padre estaba en Alicante, decidí mudarme con ellos cuando encontré que allí había una pequeña escuela de administración de empresas dirigida por los Jesuitas (prima hermana de ESADE, Deusto, etc.), ya que la Universidad de Alicante, si es que ya existía, apenas tenía una o dos carreras disponibles que no eran de mi interés. La asistencia a estos cursos era más restringida y a fin de año solo me permitían 10 días de ausencia injustificada, por lo que tuve que racionar mis participaciones en rallyes drásticamente. Ese fue el motivo de que no corriera el 2000 Virajes. Rizos Muñoz acompañó a Alberto y acabaron segundos, tras Eladio y Rasilla.

En todo caso, aquel año corrí también algunas pruebas con otros pilotos. Ya he comentado lo de Lucas Sainz en el Costa Brava, pero también hice el Rallye José León de Carranza, en Cádiz, con Emilio Rodríguez Zapico en un R-8 Gordini, y también con Alberto el Rallye del Cid, en Burgos, con el 911. Ambos rallyes los ganamos.

Próximo capítulo: Jueves, 11 de mayo de 2023

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