Ford Fiesta: 47 años por detrás, ninguno por delante 



El 18 de octubre de 1976 salió de la factoría valenciana de Almussafes el primer Ford Fiesta. “Ford Fiesta, destacado ciudadano del mundo” titulábamos en un artículo que elaboramos en 2008, al cumplirse los 32 años del modelo. En 2023 el Fiesta ha cumplido 47 tacos, pero ya no celebrará más ya que el modelo, como la gran mayoría de actuales productos de Ford Motor Company, dejarán de ser fabricados para ir dando entrada paulatina a vehículos electrificados.

De todo este popurrí de textos propios y ajenos que han pasado por nuestras manos o hemos elaborado todos estos años, hemos hecho una selección de párrafos que ilustran los datos de aquellos años en los que el Fiesta arrancó con gran fuerza. Pero, ¿por qué el Fiesta? Era a finales de 1973, acuciado por una crisis energética que aconsejaba la incorporación de un coche pequeño y económico a la gama europea de Ford, y también porque la demanda de automóviles de este tipo aumentaba de forma considerable, que Henry Ford II y su Comité de Dirección tomaron la decisión de iniciar el diseño y la fabricación de un coche que, con el tiempo, se convertiría en un auténtico vehículo de masas del que se han fabricado más de 22 millones de unidades.

Henry Ford II y su equipo decidieron que ese futuro Fiesta debía fabricarse en España, en una nueva planta cercana a Valencia, aunque algunas de sus piezas serían elaboradas en otras plantas europeas de la marca. Todo ello con una inversión total de más de mil millones de dólares, la mayor realizada por Ford hasta esa fecha en un coche de ese tamaño. Fue así como, poco a poco, tomó forma un proyecto secreto que internamente se conocía como Bobcat. Pero el Bobcat no era un modelo más; se trataba de la primera incursión de Ford en el segmento de los automóviles compactos, la primera entrega de un coche que, con el tiempo, ha dejado una profunda huella en varias generaciones de conductores de todo el mundo.

Del proyecto Bobcat al Fiesta
Bobcat era un código interno creado para encubrir al Fiesta durante su fase de desarrollo, táctica habitual aún hoy en día en todas las creaciones de la marca. La gestación de este modelo, cien por cien europeo, creó tanta expectación como la implantación de la fábrica Ford en España, la planta que lo fabricó en exclusiva durante los primeros años si bien el desarrollo inicial del proyecto tuvo lugar en Colonia (Alemania) y en Dunton (Gran Bretaña), los dos centros de ingeniería de vehículos que Ford tenía en Europa por aquel entonces.

Finalmente, las especulaciones sobre ese futuro automóvil cesaron cuando Henry Ford II anunció en Detroit, en diciembre de 1975, el verdadero nombre de ese nuevo coche pequeño de Ford: Fiesta, un nombre que se creyó –con mucho acierto–­, que casaría bien en Europa. En realidad, la base del éxito del Fiesta se puede resumir con la frase “el coche adecuado en el momento adecuado”, ya que si bien al principio se quería dirigir al público femenino, su rápido éxito en todos los mercados se debió a que contaba con un indudable atractivo para una base mucho más amplia de compradores. Nunca antes Ford había entrado en este segmento de compactos y con el Fiesta lo hacía con un automóvil de tracción delantera, motor instalado en posición transversal, diseño de carrocería con un amplio portón trasero, así como unos niveles de calidad y fiabilidad mecánica desconocidos hasta ese momento entre los modelos más populares, potenciado por unas cualidades dinámicas hasta entonces exclusivas de los coches de categorías superiores.

1976, primera generación del Fiesta
El Fiesta trajo un aire fresco y renovador al mercado europeo, y aunque años después pasó a fabricarse también en otras plantas europeas, la historia del Fiesta ha ido íntimamente ligada a la del desarrollo automovilístico de España. La primera generación del Fiesta fue presentada en verano de 1976 y tenía tres versiones. El modelo básico inicial fue equipado con un motor de 957 cc de 40/45 CV (versiones Normal y Lujo) con un precio particularmente competitivo. Una versión de 1.117 cc y 53 CV, con acabados Sport y Ghia, se ofrecía como tope de gama siendo la primera vez que tal equipamiento de lujo aparecía en vehículos de esta clase.

Esos Fiesta equipaban una caja de cambios de 4 velocidades, suspensión MacPherson, frenos de disco delante y eje rígido y frenos de tambor detrás, dirección de cremallera y carrocería de tres puertas que ofrecía confort y amplitud a los pasajeros. Con un peso de sólo 700 kgs, el Fiesta de 1976 estaba entre los más ligeros de su clase pero su capacidad de carga de 1,2 metros cúbicos era la mayor de su categoría. Muchos de sus avances eran pioneros, como la excelente resistencia en caso de choque, mejorada gracias a la aplicación de los primeros programas de simulación por ordenador.

La aerodinámica era también otra de las novedades aportadas por el Fiesta, a la que contribuía la ingeniosa parrilla frontal que funcionaba a modo de alerón. Todo ello hacía que el Fiesta consiguiera niveles de consumo extraordinariamente bajos para la época: 5,6 litros a los 100 kms a velocidad constante de 90 km/h y 7,9 litros en conducción urbana.

Características como el cristal laminado de seguridad, los cinturones de seguridad automáticos y el cristal térmico trasero eran de serie en esta primera generación, con opciones tan desconocidas en un coche pequeño como el techo solar extraíble de cristal transparente. El Fiesta fue un gran éxito en poco tiempo de modo que la unidad un millón se produjo el 9 de enero de 1979.

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El texto podría ser larguísimo, pero frenamos aquí por razones obvias de espacio e incluso de interés, esos apuntes sirven para ver cómo nació el proyecto de este coche tan popular. Sólo añadir que en Almussafes, Valencia, se fabricaron más de 5 millones de unidades del Fiesta, del total de 22 millones que, como indica el texto, se fabricaron en otras plantas repartidas por todo el mundo.

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Julio 2023

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