XV Rallye Catalunya 1979 

Competición vivida: un rally se acaba cuando llegas al parque cerrado 



Por Maurici Palouzié.

Hace unos días os explicaba lo acontecido en el Rallye Catalunya de 1982. En este texto de hoy viajamos atrás en el tiempo, hasta 1979, para explicar qué nos pasó en el Catalunya de aquel año, la otra única edición de esta prueba que conseguimos acabar. Siempre se ha dicho que un copiloto no puede ganar un rally, pero sí puede hacerlo perder. En este rally cometí un error… atención copilotos, un rally se acaba cuando llegas al parque cerrado.

En esta edición solo había 61 inscritos, en contraste con otras ediciones que excedían el número máximo de 90 equipos. El rally sería puntuable para el Europeo al año siguiente y para el RACC esta edición del 79 fue un ensayo general. Por eso preparó un itinerario que daba miedo, y no era para menos: 1.036 km en total y casi 300 km de crono, con dos tramos de tierra al final de las etapas 2 y 4. El planteamiento de la primera etapa de viernes era en línea, saliendo a las 21h desde las cavas Segura Viudas hasta Sant Joan de les Abadesses. Una vez allí, se hacía un bucle de tramos entre las comarcas del Ripollès, Lluçanès y Berguedà que se repetiría en las etapas 3 y 4 de sábado por la noche. Esta primera noche de viernes la acabábamos en Puigcerdá, hacia las 10h de la mañana de sábado, lugar donde también finalizaría el rally el domingo.

El año 1979 fue muy intenso para mi piloto de entonces, Miquel Gisbert, y también para mí. Participábamos en el Volant RACC con un Seat 127-1010, y la segunda mitad de 1979 fue muy intensa, con 3 rallys: Berguedà, 2000 Virajes y Catalunya, los dos últimos en 15 días, y la subida a Prades. Ya que no hacía mucho que estábamos en las carreras, no teníamos un gran stock de notas de tramos, así que tuvimos que empezar a finales de agosto para apuntar, repasar y entrenar los tres rallys al mismo tiempo con un complejo “timing” durante los fines de semana. Así, hicimos tres pasadas a los tramos que se harían una sola vez, la de apuntar, la de repasar y una de entrenamiento, y al resto de tramos 4 ó 5 pasadas en función de la longitud o complejidad que tuvieran. Pero, dado que este rally nos lo planteábamos más de resistencia que de velocidad, no nos fue nada mal.

El rally al scratch se lo tenían que jugar los equipos de las máquinas más potentes: Beny-Sala (Fiat 131 Abarth) y Caba-Pons (Porsche 911 Carrera). Y al acecho de lo que pudiera pasar, estaban el Fiesta de Servià-Brustenga y los Seat de Marcos-Altarriba, Balcázar-Martín y Franquesa-Brucart. Nuestra prioridad era el Volant RACC, había 6 coches en nuestra división: 2 Simca 1200 y 4 Seat 127. Quizás nos lo tomamos con demasiada calma, al final de la primera etapa estábamos sextos de clase y últimos del Volant, pero “keep calm”, quedaba mucho rally todavía y solo 44 coches. En el scratch Beny-Sala iban 50″ por delante de Caba-Pons, con Servià-Brustenga a 3′14″ del primero.

La segunda etapa, la que nos llevaría hasta Puigcerdà, pasaba por la Central Térmica de Cercs, hoy en desuso, en la actual carretera C-16. Los vapores que emitía la central solían helarse sobre la carretera en las noches de más frío, y entonces sí hacía frío de verdad. Cuando llegamos a aquel lugar, sobre las 7 de la mañana y todavía de noche, unos cuántos trozos de coche aquí y allá nos hicieron espabilar de golpe. Cómo de delicado debía estar el lugar para que el virtuoso Claudi Caba perdiera el control del Porsche y chocara contra un camión. Claudi y Jordi no se hicieron nada, pero tuvieron que desistir.

A las 21h de sábado se iniciaba la segunda noche de rally con dos bucles de 6 y 7 tramos cada uno. Servià-Brustenga habían tenido un toque en Alpens-Borredà (12º scratch), cayendo hasta la 8ª posición al final del primer bucle. El rally estaba ya decidido, con diferencias bastante grandes entre los del delante: Beny-Sala primeros, Balcázar-Martín segundos a 4′19″ y Marcos-Altarriba terceros, a 6′23″. Sólo había lucha entre los Opel Kadett de Sallent-Puvill y Candela-Sabater por la 4ª plaza. Nosotros éramos cuartos de clase 1 y cuartos también de división del Volant. Quedaban 36 coches en carrera.

A las cuatro y media de la mañana empezábamos el último bucle de 7 tramos que nos tenía que llevar hasta Puigcerdà. El último tramo del rally era de tierra pero corto, de 5,6 km, y subía fuertemente hacia la Collada de Toses desde el pueblo de Toses. Hacia el final de tramo había algunas curvas nevadas/heladas, no estaban permitidos los clavos. Al final de este último tramo estábamos clasificados cuartos de clase 1.

Y ahora viene el error. Barfull-Barfull habían completado este último tramo aparentemente sin problemas: segundos de clase 2. Salimos del tramo y empezamos a bajar por la Collada hacia Puigcerdà, unos 28 km de enlace. Al poco de iniciar la marcha nos encontramos unos cuántos coches parados: Barfull, Galadies, quizás alguien más y nosotros también paramos. Los Barfull habían tocado y roto un triángulo de suspensión, la chapa rozaba una rueda, tanto, que ya había cortado un neumático, intentando ayudar a solucionar el problema fueron pasando los minutos, la tarea no era fácil. Les dejamos varías ruedas de repuesto para que las fueran cambiando. Y yo me olvide del crono, cuando me di cuenta no había otra opción que bajar la Collada a ritmo de tramo, claxon por dentro de Puigcerdà, etc., una locura, vaya. Todo ello para palmar 2 minutos de retraso (por cada minuto, la penalización era de un minuto) y pasamos del 4º lugar de clase al 5º. En aquel entonces había premios en metálico, así que perdimos puntos y dinero.

Los hermanos Barfull no llegaron a Puigcerdà. Acabaron 33 coches. Así de crueles pueden ser las carreras, y lección para los copis que empezáis: el rally se acaba cuando pasas el control de llegada, ojo con relajarse después del último tramo. La temporada de 1979, en general, nos fue bien, acabé tercero de copilotos del Volant RACC. Miquel 6º absoluto y 3º de división del Volant RACC, además de 8º del Campeonato de Catalunya de Rallys.

© Maurici Palouzié Garcés
Abril 2024
JAS Info Service

- - - - - - - - - - Versió en català - - - - - - - - - -

XV Rallye Catalunya 1979
Un ral·li s’acaba quan arribes al parc tancat

Per Maurici Palouzié.

Fa uns dies us explicava el Rallye Catalunya de 1982. En aquest escrit d’ara, viatgem enrere en el temps, fins el 1979, per explicar què ens va passar al Catalunya d’aquell any, l’altra única edició d’aquesta prova que vàrem aconseguir acabar. Sempre s’ha dit que un copilot no pot guanyar un ral·li, però si pot fer-lo perdre. En aquest ral·li vaig cometre un error… atenció copilots, un ral·li s’acaba quan arribes al parc tancat.

En aquesta edició només hi havia 61 inscrits, en contrast amb d’altres edicions que excedien el nombre màxim de 90 equips. El ral·li seria puntuable per a l’Europeu l’any següent i per al RACC, aquesta edició del 1979 va ser un assaig general. Per això va preparar un itinerari que feia por, i no era per a menys: 1.036 km en total i gairebé 300 km de crono, amb dos trams de terra al final de les etapes 2 i 4. El plantejament de la primera etapa de divendres era en línia, sortint a les 21h des de les caves Segura Viudas fins a Sant Joan de les Abadesses. Un cop allà, es feia un bucle de trams entre el Ripollès, el Lluçanès i el Berguedà que es repetiria a les etapes 3 i 4 de dissabte a la nit. Aquesta primera nit de divendres, l’acabàvem a Puigcerdà cap a les 10h del matí de dissabte, lloc on també s’acabaria el ral·li el diumenge.

L'any 1979 va ser molt intens per al meu pilot d’aleshores, en Miquel Gisbert, i també per a mi. Participàvem en el Volant RACC amb un Seat 127-1010, i la segona meitat del 1979 va ser molt intensa, amb 3 ral·lis: Berguedà, 2000 Viratges i Catalunya, els dos últims en 15 dies, i la Pujada a Prades. Com que no feia gaire que fèiem curses, no teníem un gran estoc de notes de trams, així que vàrem haver de començar a finals d’agost a apuntar, repassar i entrenar els tres ral·lis a l’hora amb un complex “timing” durant els caps de setmana. Així, vam fer tres passades als trams que es farien un sol cop, la d’apuntar, la de repassar i una d’entrenament, i la resta de trams 4 ó 5 passades en funció de la llargada o complexitat. Però, com que aquest ral·li ens el plantejàvem més de resistència que no pas de velocitat, no va anar pas malament.

El ral·li a l’escratx se l’havien de jugar els equips de les màquines més potents: Beny-Sala (Fiat 131 Abarth) i Caba-Pons (Porsche 911 Carrera). I a l’aguait del que pogués passar, hi havia el Fiesta de Servià-Brustenga i els Seat de Marcos-Altarriba, Balcázar-Martín i Franquesa-Brucart. La nostra prioritat era el Volant RACC, hi havia 6 cotxes en la nostra divisió: 2 Simca 1200 i 4 Seat 127. Potser ens ho vàrem prendre amb massa calma, al final de la primera etapa estàvem 6èns de classe i últims del Volant, però “keep calm”, quedava molt ral·li encara i només 44 cotxes. A l’escratx Beny-Sala anaven 50″ per davant de Caba-Pons, amb Servià-Brustenga a 3′14″ del primer.

La segona etapa, la que ens portaria fins a Puigcerdà, passava per la Central Tèrmica de Cercs, avui en desús, en l’actual carretera C-16. Els vapors que emetia la central solien glaçar-se sobre la carretera les nits de més fred, i llavors fotia fred de debò. Quan vam arribar a aquell indret, sobre les 7 del matí i encara de nit, uns quants trossos de cotxe aquí i allà ens varen fer espavilar de cop. Cóm devia d’estar el lloc de delicat perquè el virtuós Claudi Caba perdés el control del Porsche i xoqués contra un camió. En Claudi i en Jordi no es van fer res, però van haver de plegar.

A les 21h de dissabte s’iniciava la segona nit de ral·li amb dos bucles de 6 i 7 trams cadascun. Servià-Brustenga havien tingut un toc a Alpens-Borredà (12ens escratx), caient fins a la 8a posició al final del primer bucle. El ral·li estava ja decidit, amb diferències prou grans entre els del davant: Beny-Sala primers, Balcázar-Martín segons a 4′19″ i Marcos-Altarriba tercers, a 6′23″. Únicament hi havia lluita entre els Opel Kadett de Sallent-Puvill i Candela-Sabater per la 4a plaça. Nosaltres érem quarts de classe 1 i quarts també de divisió del Volant. Quedaven 36 cotxes en cursa.

A dos quarts de cinc del matí començàvem el darrer bucle de 7 trams que ens havia de portar fins a Puigcerdà. El darrer tram del ral·li era un tram de terra curt, de 5,6 km, que pujava fortament cap a la Collada de Toses des del poble de Toses. Cap al final del tram hi havia algunes corbes nevades/glaçades, no estaven permesos els claus. Al final d’aquest darrer tram estàvem quarts de classe 1.

I ara ve l’error. Barfull-Barfull havien completat aquest darrer tram aparentment sense problemes: segons de classe 2. Sortim del tram i comencem a baixar per la Collada cap a Puigcerdà, uns 28 km d’enllaç. Al cap de poc ens trobem uns quants cotxes aturats: Barfull, Galadies, potser algú més i nosaltres també parem. Els Barfull havien tocat i trencat un triangle de la suspensió, la xapa fregava una roda, tant, que ja havia tallat un pneumàtic; intentant ajudar a solucionar el problema varen anar passant els minuts, la feina no era fàcil. Els hi vàrem deixar varies rodes de recanvi perquè les anessin canviant. Jo vaig descuidar el crono, quan me’n vaig adonar no hi havia un altre opció que baixar la Collada a ritme de tram, botzina per dins de Puigcerdà, etc., una bogeria, vaja. Tot plegat, que vàrem palmar 2 minuts de retard (per cada minut, la penalització era d’un minut) i vam passar del 4t lloc de classe al 5è. Llavors hi havia premis en metàl·lic, així que vam perdre punts i diners.

Els germans Barfull no varen arribar a Puigcerdà. Varen acabar 33 cotxes. Així de cruels poden ser les curses, i lliçó pels copis que comenceu, el ral·li s’acaba quan passes el control d’arribada, ull amb el relaxament després del darrer tram. La temporada de 1979, en general, va ser bona per a nosaltres, vaig acabar tercer de copis del Volant RACC. En Miquel 6è absolut i 3r de divisió del Volant RACC i 8è del Campionat de Catalunya de Ral·lis.

© Maurici Palouzié Garcés
Abril 2024
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