De regreso… a los problemas, por Josep Autet 



No quiero aparentar negatividad pero no hay otra opción que empezar así: mi agradable regreso puntual a la derecha de Jordi Ventura no concluyó tal como ambos habíamos planeado. ¿Qué pasó? Pues que el motor se rompió en el 5º tramo cuando éramos séptimos y primeros de Históricos, tal cual…

El de este año era el cuarto Empordà que Jordi y un servidor corríamos juntos y los recuerdos buenos y los no tan buenos se entrelazan en nuestra memoria. Iniciamos participación en 2021, con el Škoda Fabia R5 Evo de Calm que nos permitió ganar. Y eso no se olvida. En 2022 corrimos con el Sierra RS Cosworth pero el soporte de la batería nos arruinó la 4ª posición que habíamos conquistado a pulso.

Un año más tarde, el pilotaje de Jordi no encontró obstáculo (bueno, hubo alguno de mecánico, pero se superó) para finalizar, también con el Ford, en una buena cuarta plaza. Tras la pausa de 2024 por no tener el Sierra a punto, pasamos a presentarnos en la salida de este 2025 con el flamante BMW M3. Un año en la meta y otro no… En la edición que acabamos de disputar hemos sido solidarios con la cadencia de llegar a la meta, ya que esta vez ¡tocaba no terminar!

Jordi y su copiloto de 2025, Gerard Alsina, estrenaron el M3 preparado por Baporo en el Rally Catalunya-Costa Daurada. Acabaron quintos tras un rally –como se suele decir– de menos a más y por eso tenía un gran interés Ventura por correr “su” Empordà, para intentar comprobar las posibilidades reales del coche tal cual está en un terreno archiconocido. Entrenamos un par de días, reconocimientos plácidos ya que las notas estaban más que repasadas.

Àngels es terreno Ventura, de modo que arrancamos ligeritos y marcamos 10’18”, con algún Škoda por detrás, pero a 8” del récord de Jordi con el Sierra en esta versión de tramo de 15,68 km. En Santa Pellaia pasamos a ocupar nuestro puesto scratch “normal”, manteniendo la 8ª posición tras la nutrida armada checa. Llegó el bacheado Sant Grau, Jordi se esforzó pero en aquellos ángulos en subida se notaba un pelín la falta de “mala leche” que sí te ofrece un turbo, pero aún así nos manteníamos octavos a 18” del último Fabia del pelotón.

Y en La Ganga aguantamos el tipo, conteniendo a Nafría-Saiz y su rápido Peugeot Rally4 pero quedando definitivamente descolgados de los Rally2. Total que llegamos a La Bisbal, asistencia de mitad de rally, en una 7ª posición bastante cómoda, pero claramente queríamos más. No se trataba de querer escalar posiciones imposibles, sino de mejorar los tiempos de la primera pasada y ver hasta donde llegaba el asunto.

A veces no hay que hablar para entenderse, porque al colocarnos los cascos a unos 2 km. del control de Àngels-2 se mascaba en el ambiente del habitáculo que, con lo aprendido hasta ese momento, había que intentar hacer lo más fuertes posible el tramo que teníamos por delante. Desde la primera curva comprobé que Jordi Ventura no se iba a guardar nada. ¿Habéis oído hablar que el control total de un coche de carreras se consigue cuando máquina y piloto (un buen piloto, claro) forman una misma unidad? Pues eso. Desplegamos un ataque por todo lo alto, atacando sin compasión, aprovechando la pista, la adherencia de los D5 y la estabilidad y frenada que nos ofrecía un M3 que rugía como nunca. Jordi pilotaba como un fenómeno y, en mi caso, las rectitas de 10 o 20 metros eran un simple dato que había que dictar volando, como una singularidad banal del tramo. No había descanso, sólo concentración, esfuerzo y precisión.

Coronamos la montaña y nos lanzamos a fondo carretera abajo. Fue tras unos 4 km. de descenso que el gozo se acabó. Un primer estruendo, seguido de un silencio sin potencia y de otro estruendo más prolongado, acompañado de una humareda importante, lo que nos indicó el final de nuestra carrera. El M3 calló, Jordi puso punto muerto y a vela bajamos hasta encontrar el control R16, en el km. 13,745, donde detuvimos definitivamente nuestra marcha.

La situación tras el infortunio fue de actitud serena, automáticamente se había ido al garete la temporada de Jordi, el Rally de Avilés en ella, y lo principal, un monto económico que a día de hoy no se sabe hasta donde llegará. El Sierra presentaba un problema tras otro y ahora el M3 reventaba el motor en su segunda carrera, un propulsor que se había planteado potenciar al final del verano para sacar más caballería de él.

Por hoy cierro aquí, habría cosas paralelas que contar pero mejor hacerlo sin el peso de la decepción. Sólo decir que para mi ha sido un placer volver a correr un rally al lado de Jordi, es lo que dije en su día que tarde o temprano pasaría, y que muy posiblemente volverá a suceder cuando el futuro mecánico… y económico, esté más claro.

Gracias amigos, seguimos.

Josep Autet
27 de mayo de 2025
JAS Info Service

Raimon d'Abadal, 29 • 08500 Vic | 938 852 256 | jas@jas.es