El Renault 4 llegó como respuesta visionaria a los cambios sociales y económicos de la Europa de los años 60. Cuando Pierre Dreyfus asumió la presidencia de Renault en 1955, planteó una idea revolucionaria: “un coche no debería limitarse a tener unos asientos y un maletero. Es necesario crear un volumen”. Así nació el concepto de un vehículo versátil, capaz de adaptarse a la vida urbana y rural, al trabajo y al ocio. Bajo la dirección de Yves Georges, el Renault 4 fue concebido como un automóvil para todos, en todos los sentidos.
Presentado a la prensa en agosto de 1961, el Renault 4 se convirtió rápidamente en un fenómeno global. Fue producido en 28 países y comercializado en más de 100, alcanzando unas ventas que superaron los 8 millones de unidades. En España, su impacto fue especialmente significativo: desde su lanzamiento en 1963 se fabricaron más de 800.000 unidades en la factoría de montaje de Valladolid, incluyendo 403.213 turismos y 396.704 furgonetas. Esto representó un 10% de la producción mundial del modelo.
En un país con una baja tasa de motorización (1 coche por cada 48 habitantes, en los años 60), el Renault 4 ofrecía una solución asequible, fiable y funcional. Su mecánica sencilla, sus innovaciones como las rótulas estancas sin mantenimiento o el circuito de refrigeración cerrado, junto a su diseño práctico, lo convirtieron en un vehículo ideal para todo tipo de usuarios. Su filosofía ‘blue-jeans’ –como un pantalón vaquero, útil en cualquier situación– sigue vigente hoy. De hecho, más de 20.000 unidades del modelo original aún circulan por las carreteras españolas.
Renault 4 TL: ¿Quién le teme al trabajo duro?
La revista Sólo Auto de agosto de 1983 descifraba muy bien este producto. Estos son parte de los argumentos que exponía este mensual: “Sólo 38 CV, diseñado hace 22 años y con 3,79 metros de longitud total. Pero tremendamente práctico, con su quinta puerta, sus asientos traseros abatibles y sus suspensiones de gran recorrido (al menos la trasera) que le permiten abordar sin problemas caminos y veredas.
La filosofía es muy concreta: un coche ante todo práctico y económico, dejando todos los demás conceptos en un segundo plano. Las evoluciones habidas no han sido muy espectaculares y el coche sigue siendo básicamente el mismo que en el momento de su aparición, aunque de aquel propulsor inicial de 750cc se han pasado a los 1.108cc actuales.
En resumen un vehículo que no le teme al trabajo duro, pero que a su vez puede considerarse como el portaestandarte de ciertas inquietudes actuales, para aquellos que quieren huir de la prisa y el reloj y disfrutar más pausadamente de los pequeños placeres que nos ofrece la naturaleza”.
Pros: Economía, comportamiento rutero, muy práctico
Contras: Prestaciones discretas, equipo escaso, acusa desniveles, carga y viento