Nissan 240RS: el héroe desconocido 



Por Javi Martín (Eventos del Motor).

Siempre que se habla del Grupo B, por lo general, los protagonistas son los mismos: Audi Sport Quattro S1, Peugeot 205 Turbo 16, Lancia Delta S4, Ford RS200… es lógico, fueron las máquinas más veloces y las que más éxitos obtuvieron. Pero, aunque fueron las más exitosas, el Grupo B tenía más protagonistas, era una categoría muy grande y hubo muchos interesados, aunque no todos pudieron presumir de haber conseguido tantas victorias como los antes mencionados.

Uno de esos protagonistas es Nissan, quien había trabajado en el desarrollo de la tercera generación del Silvia, el Nissan 200SX, durante los últimos compases de la década de los 70. Fue entonces cuando se comenzó con la redacción de la normativa para el Grupo B y en la firma japonesa analizaron y reflexionaron sobre una posible participación, sobre todo por los éxitos que habían logrado con modelos como el Nissan Violet. La decisión fue que tenían una buena oportunidad para continuar con los éxitos en competición, así que crearon un equipo oficial con la estructura británica Bill Blydenstein Racing al frente, que pasó a denominarse Team Nissan Europe.

Con el equipo listo, el siguiente paso era el arma, el coche. Se tomó como base el Nissan Silvia Hardtop-Coupé como punto de partida, al que montaron un propulsor de 2,4 litros (2.340cc) de 280 CV, aunque, curiosamente, no se usó un sistema de tracción integral. Por aquellos años, Nissan tenía en marcha el desarrollo de una tracción a las cuatro ruedas, pero como les ocurrió a otros tantos participantes, no pensó que fuera tan determinante y escogió mantener la propulsión del modelo de producción, y ya sabemos lo que eso significaba.

El reglamento del Grupo B de rallyes exigía que, para competir, había que basarse en un coche de producción, cuya tirada fuera de un mínimo de 200 unidades. De ahí salieron coches míticos, algunos auténticos objetos de culto actualmente, aunque hay otros, como el Nissan Silvia 240RS, que son bastante desconocidos. La firma japonesa se aprovechó de un pequeño resquicio en la normativa de Irlanda del Norte, donde un número tan reducido de coches, basados en un modelo ya existente, no requerían de homologación, así que todo era más sencillo, más barato y más rápido. Eso provocó que la mayoría de los Nissan 240RS de rallyes llevaran matrícula de Irlanda del Norte, aunque según la marca todos ellos fueron construidos en la planta de Zama, Japón.

La primera carrera del Nissan 240RS la hizo en el Monte-Carlo de 1983, con Timo Salonen a los mandos. También se dejó ver en diferentes eventos por Europa, pero el éxito era esquivo, pues en un total de 20 participaciones entre 1983 y 1985, el Nissan 240RS solo logró cuatro podios en el mundial de rallyes; era imposible batir a los tracción total, además, el 240RS tenía un motor súper tradicional, absurdamente tradicional. Se trataba de un cuatro cilindros con 2,4 litros de cubicaje y doble árbol de levas, pero prescindía de turbo e incluso de inyección. La alimentación corría a cargo de carburadores Solex de doble cuerpo y 50 milímetros, que permitía alcanzar los 280 CV, que llegaban a las ruedas traseras mediante un cambio manual de cinco relaciones. Por eso, en lugar de seguir empeñados en lograr algo que parecía muy complicado, o directamente imposible, se centraron en otro tipo de pruebas, como las de resistencia en África, Costa de Marfil o Kenya.

Con respecto a las versiones ‘de calle’, no distaban mucho de las de competición, aunque no eran tan exageradas como otros. Todas las unidades iban pintadas de color blanco y añadían elementos específicos para su carrocería, todos ellos pensados para ser aprovechados en competición, obviamente. Contaba con elementos de plástico, como la tapa del maletero, mientras que las ventanillas pasaron a ser de policarbonato. El interior apenas sumaba elementos de confort, todo estaba pensado para ser eficiente en rallyes.

El Nissan 240RS es uno de esos Grupo B muy desconocidos y actualmente son muy, muy raros. Las 200 unidades se vendieron rápidamente, 50 con volante a la derecha, 150 con volante a la izquierda, y muchos de ellos fueron usados en competición, lo que provoca que, por si fuera poco, sea mucho más complicado encontrarlos en perfecto estado o sin modificaciones.

Nota de JAS

A este excelente resumen de Javi Martín, le añadiremos que además de Timo Salonen (2º en Nueva Zelanda 1983) otro gran piloto que condujo el Nissan 240RS fue Shekhar Mehta (3º en Costa de Marfil 1984).

Los aficionados españoles que tengan buena memoria (los canarios sin duda lo tendrán muy presente) recordarán la participación del Team Nissan Europe en el Rallye El Corte Inglés de 1984. Ese rally lo ganó el Nissan 240RS nº 4 de Terry Kaby-Kevin Gormley, acabando Shekhar Mehta-Yvonne Mehta (nº 1) en la 5ª plaza.

Además de esta importante victoria de 1984, Kaby logró con este coche otros resultados europeos interesantes, como el 2º en los rallyes Zlatni Piassatzi (Bulgaria) y Chipre de 1985, y el 3º en el National Breakdown británico de ese mismo año.

En 1985, el Team Nissan Europe volvió a probar suerte en Canarias alineando dos unidades 240RS para los equipos Terry Kaby-Kevin Gormley y Mark Lovell-Peter Davis. Los primeros se retiraron y el segundo dúo terminó en 4ª posición.

Al terminar el programa oficial, los coches del Team Nissan Europe fueron vendidos. En España, se hizo famosa la unidad que adquirió Claudio Aldecoa, con la que participó en el nacional sobre tierra de 1987.

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