Por Antonio Arderiu.
El día siguiente amaneció seco y soleado. Salíamos una hora antes pero cambiábamos de base. Después de repostar y hacer bricolage en el coche, llevamos el coche al parque cerrado y fuimos a comer con otros participantes. Luego a prepararse ya para la salida que, esta vez, todavía sería con luz diurna.
El primer tramo TC 5 volvía a ser Romanyà. Se nos dio bastante bien a pesar de que el sol deslumbraba mucho. Recuperamos seis puestos en la general con unos buenos (para nuestro coche) 17,2 puntos en una especial que fue ganada overall por Joan Pedragosa–Josep Beltri y su BMW 323 y, en nuestra categoría, por “Les Grecs”, con unos soberbios 3,8 puntitos de nada.
De allí a la siguiente especial en Vilobí d’Onyar, un insulso enlace lleno de rotondas pero que nos permitió hacer la especial todavía con luz diurna. El tramo era de navegación pura, con mucho cruce y mucho saltito y tan insulso como el enlace. Fue ganado también por Pedragosa, con 3 puntos, y nosotros hicimos 35,6 siendo los sextos de la media baja. En la general nos situamos el 59.
Venía ahora una clásica: Cladells versión larga, es decir, desde Santa Coloma hacia Sant Hilari. A mi me gusta Cladells, sobre todo la parte de arriba cuando ya has pasado las paellas. Hicimos 61,8 puntos, muy honorables para nuestra montura, mientras que en la general se imponían Tere Armadans y Anna Vives con su Golf GTI y, en nuestra categoría, Jean-Pierre Verneuil–Philippe Mareschal, con su Peugeot 104 ZS, con 13,3 puntos. Recuperamos cuatro puestos hasta el 55.
Un Costa Brava sin Collsaplana es como un jardín sin flores. El TC8 era un “macro tramo” que incluía todo Collsaplana de bajada, además del tramo de La Cantina y el de Sant Julià de Vilatorta, todo junto, para acabar en Taradell. Creo sinceramente que el trozo preciso del Pla de les Arenes y Collsaplana lo hicimos dignamente, viendo la luz azul bastante rato. Pero, pasado el cruce de después de Sant Sadurní d’Ososmort, encontramos mucho transito en contra y en nuestra dirección, mucho. Barceloneses que iban a Viladrau de fin de semana y turistas que regresaban a su casa. Ello nos impidió hacer bien la regularidad pues no podías adelantar por falta de CV y porque no te dejaban. Una lástima porque, si hubiera sido Collsaplana estricto, creo que hubiéramos hecho un muy buen papel. El tramo lo ganaron David Garrigolas–Jordi Boix, con un VW Golf GTI y 22,4 puntos y, en la media baja Luis Carvalho–Sancho Ramalho (BMW 2002), con 34,1 puntos. Nosotros hicimos 323,5 pero ello nos permitió ser el 5 de nuestra categoría, lo que indica el desmadre que hubo entre los de la cola por el tráfico en ruta.
Saliendo de Taradell fuimos a coger la C-25 para el siguiente tramo, Sant Bartomeu del Grau. Este no era excesivamente difícil pero contenía un “encantamiento”, que era un bucle que unía dos carreteras de tal manera que, cuando enfilabas el primer cruce, te venían los otros participantes de cara. Ello generó mucha confusión en los coches que nos precedían, casi todos extranjeros, que se paraban, volvían a arrancar y luego, con la escasa caballería disponible, no los podías adelantar. Total, 54,1 puntos y descender al 58 de la general y 6º de la clase en un tramo que fue ganado por los belgas Kurt Deklerck–Aswin Pyck (Porsche 914/6), con 8,2 puntos y, entre los nuestros, de nuevo Luis Carvalho, con 13,1.
Una rápida conexión hasta Vic nos permitió llegar con bastante tiempo de margen para degustar una opípara cena en el Pepo, que tiene la ventaja, en este caso teórica, que está casi al lado de una gasolinera.
A la salida del Control Horario decidimos repostar en la gasolinera de la esquina. Eran las 9:50h y, al parar el coche, la empleada, con muy mala sombra (mala leche, para que nos entendamos), nos dijo que ya cerraba. Éramos varios coches que queríamos repostar y empezaron a discutir. Luis, con muy buen criterio me dijo que me olvidara y salimos pitando hacía Sant Pere de Torelló, donde, si bien llegamos con la luz de reserva, fuimos atendidos mejor que en Vic.
Pasado Sant Pere de Torelló empezaba “la madre de todos los tramos”: Sant Andreu de la Vola, Coll de Bracons, Joanetes y Vidrà, todo junto, más de 60 km. Salimos los últimos por el repostaje y fuimos alcanzando a otros que iban mas lentos que nosotros. La subida a Bracons fue un “pour parler” con Sallyann Hewitt que, al principio, iba delante, luego nos cedió gentilmente el paso, luego se lo cedimos nosotros a ella, y así hasta el descenso donde ya la perdimos. El trozo de Joanetes era de pura navegación, bastante insulso pero, luego, te enfrentabas al de Vidrà. Este, cuyo asfalto habían intentado, solo intentado, reparar, en la parte superior estaba lleno de hojas que lo hacían sumamente resbaladizo. Y, si no, que se lo pregunten a Carlos Berisso, que iba con Dani Robledillo, a quienes vimos aparcados con la dirección abierta de su A112 Abarth. Por suerte tenía ya la asistencia de Garatge Internacional que había acudido al rescate. En el tramo cogimos a Ramon Fluvià, con su precioso Abarth 1000 TC que muy cortésmente nos facilitó el adelantamiento, y a un Alfa Romeo que ya fue mas difícil de adelantar pero tampoco nos hizo la puñeta. Fue difícil por lo estrecho de la calzada y porque si pisabas las hojas, tenías riesgo de un patinazo. Llegamos a Sant Quirze de Besora bastante agotados, habiendo penalizado 1.016 puntos que, sin embargo, nos permitió recuperar cuatro puestos, hasta el 54 de la general. El ganador fue de nuevo Garrigolas, con 44,9 y, en nuestra clase, Carvalho, con 69,3.
Un corto paseo por la C17 nos llevó hasta Ripoll, donde empezaba el siguiente tramo: Vallfogona del Ripollès. Este, yo creo que lo habían puesto de tramo de relax después del de Vidrà, pues era relativamente fácil. Todo y así penalizamos 14 puntos que nos permitieron descender hasta el 49 overall y 5 de nuestra categoría, ganada por Jean-Pierre Verneuil con su afinado y bien preparado Peugeot y unos soberbios 3,9 puntos. En la general vencieron Gilles Olivier–Cédric Riffard (Peugeo309 GTI), con nada más que 3,5 puntos.
Después de pasar Olot por la variante nos fuimos a Besalú para el siguiente tramo. Este, que al principio se revelo de navegación, con un Santuario en medio al que creo muchos fueron a rezar, luego se complicó, estrechándose, rompiéndose la calzada, también muy resbaladizo y con fuertes pendientes en algunos tramos. Encontramos dos coches en el camino. Tuvimos dificultad por lo estrecho de la ruta para adelantar al primero y cuando lo logramos e iniciamos una de esas recuperaciones que me gustan, alcanzamos a otro Alfa Romeo del que no vi ni el número ni la matrícula de lo ofuscado que yo estaba. Esto nos truncó la recuperación y nos hizo penalizar otra vez 1.016 puntos, volviendo al 59 de la general y 7 de nuestra categoría. El tramo fue ganado por Garrigolas, con 44,9 puntos y, en media baja, por Carvalho, con 69,3.
Habiéndose anulado el TC 13, nos quedaba el ultimo del día, Cistella, TC 14 versión larga. Aquí me despiste en la rectas largas que hay después del pantano y purgamos 72,9 puntos que podían haber sido menos pero… no les pasa a Vds. que, cuando llevas mucho rally a cuestas y el tramo es muy largo, llega un momento… ¿de que te olvidas que estás en tramo? Bueno, pues a mi si y así nos fue: 72,9 puntos y perder un puesto más en la general, que fue ganado por Pierre Juanola–Daphne Juanola y su Golf, con 7,8 puntos. En media baja, Carvalho de nuevo, con 14,3.
Acabado el tramo, un enlace que se me hizo eterno por carreteras generales nos llevó a Empuriabrava, sede del rally a partir de entonces, donde llegamos cerca de las cuatro de la madrugada, la verdad, un poco cansados. Es que uno ya tiene una edad…
(Final 2ª parte del texto, mañana se publicará la tercera)