AURÈLIA MARTÍ, ENTRE LAS AULAS DE LA UNIVERSIDAD Y LOS CIRCUITOS

 


Aurèlia Martí, la joven piloto andorrana nacida en la ciudad francesa de Niza el 23 de marzo de 1983, está disputando durante la presente temporada de invierno su segundo Trofeo Andros en la modalidad destinada a las chicas. En estos momentos goza de la condición de líder entre las llamadas ‘Ice Girls’, posición privilegiada que ostenta con sencillez y humildad, dos aptitudes que la definen, como también su gran capacidad de esfuerzo y pasión por el mundo de la velocidad.

Para esta chica, un tanto tímida pero muy serena, con buen sentido del humor y un poco desordenada -según cuenta ella misma-, su interés por el mundo del motor se puede decir que es, o al menos lo fue en sus inicios, fruto de una tradición familiar. “Mi padre era piloto de rallyes y mi madre su copiloto. Cuando yo tenía 13 años ellos nos compraron, a mi hermano y a mí, un kart y a partir de entonces competí en los campeonatos de España y de Catalunya de karting durante cuatro años”, explica la piloto. Aurèlia se fue interesando cada vez más por ese mundillo y, quizás influenciada por su procedencia pirenaica, sus pasos se encaminaron hacia el pilotaje de vehículos sobre hielo, participando en 2001 en el Campeonato de Andorra de la especialidad, certamen que disputó durante dos campañas consecutivas. Un cúmulo de circunstancias llevaron finalmente a Aurèlia al Andros femenino, y aún queda por ver hasta dónde puede llegar la trayectoria de esta simpática andorrana en la competición automovilística, sin olvidar para nada su vocación de farmacéutica.

Un día cualquiera, en casa y en las carreras
Consciente de que “resulta muy complicado llegar a vivir sólo de las carreras”, Aurèlia Martí dedica gran parte de su tiempo a completar sus estudios de farmacia en la Universidad de Barcelona. En 2003 se instaló en la Ciudad Condal dejando Montpellier, lugar donde comenzó el primer curso en esta difícil especialidad. Quizás porque reconoce ser “muy dormilona”, Aurèlia asiste a clases por las tardes y se reserva las mañanas para poder dormir y aprovechar para hacer las compras o estudiar. “En un día laborable no hago muchas cosas más, pues no tengo demasiado tiempo ya que los estudios me roban mucha dedicación”, comenta la andorrana. Tampoco le sobran horas para dedicarse al automovilismo entre semana, de modo que los entrenamientos son las propias pruebas que disputa.

Cuando dispone de unas horas libres en la ciudad, Aurèlia aprovecha para disfrutar de alguna de sus aficiones: ir al cine (es una apasionada de la saga de La Guerra de las Galaxias), salir a tomar algo con los amigos (le gusta la convivencia y conversar, las trufas y el café con leche), conducir su Alfa Romeo 147 o pasear a su perrito de raza cooker.

Un día de competición en el Trofeo Andros conlleva otro tipo de actividades para Aurèlia Martí, que deja los libros y el bolígrafo para enfundarse el mono y coger el casco de competición. “Suelen ser jornadas muy intensas, ya que nos despertamos muy temprano y, normalmente alrededor de las 9 horas, nos citan en la pista para hacer las cronometradas. Luego, nos queda toda una jornada de espera por delante, ya que la carrera de las chicas suele empezar a las 10 o las 11 de la noche”, comenta Aurèlia. Durante estas horas entre los entrenamientos calificativos y las carreras acostumbra a interesarse por las demás carreras de la jornada del Andros o, simplemente, descansa en el hotel. A medida que llega el momento de la carrera el nerviosismo va en aumento; a Aurèlia le gusta estar en el circuito una hora antes de la competición, “a pesar de que llegando 20 minutos antes hay tiempo de sobra”.
Aunque todo el mantenimiento y puesta a punto del ‘Sprint Car’ es asunto del equipo de Eric Sar, piloto que participa en esta categoría del Andros y con quien Aurèlia comparte el vehículo por segundo año consecutivo, la andorrana explica como procura tenerlo todo bajo control antes de la carrera: “Me gusta prepararlo todo muy bien, y por eso reviso el estado del monoplaza mil veces, lo limpio si es necesario, preparo mi casco, la visera…”. Los últimos minutos antes de tomar la salida los pasa ya dentro del coche: “Es el momento en el que se pasa más frío. Sólo tenemos un remedio, taparnos con un abrigo y esperar, ya que los ‘Sprint Car’ no tienen calefacción y en cambio muchos agujeros por donde pasa el aire”. Una vez disputada la prueba, ¿qué más queda por hacer? “Sólo buscar algún restaurante que nos quiera dar de comer a esas horas, cenar, repasar los resultados e irse a la cama”, responde Aurèlia sin el menor titubeo.

El vehículo con el que compite Aurèlia
El ‘Sprint Car’ que conduce la piloto del Principado de Andorra es de la firma Fouquet, como la mayoría de los monoplazas que disputan el Andros femenino. Con un peso de 280 kilogramos y una gran agilidad, sorprende por su notable estabilidad en pista. 100 CV de potencia proporcionados por un motor de motocicleta de 600 cc impulsan al vehículo por encima del hielo, y 160 clavos que recubren cada uno de los cuatro neumáticos proporcionan su adherencia a la pista. Como curiosidad, cabe destacar que cada clavo pesa 1’1 gramos y sobresale de la superfície del caucho 4 milímetros.

Por lo que respecta a su conducción, nadie mejor que la propio piloto puede hacer el análisis. Teniendo la experiencia de haber pilotado sobre hielo tanto un ‘Sprint Car’ como un coche, Aurèlia Martí explica que “los ‘Sprint Car’ requieren mucha más técnica, pero también es más divertido conducirlos. Cualquier error te puede dejar fuera de carrera, ya no por su ligereza sino por tener tracción trasera, lo que hace su conducción muy parecida a la de un kart”.

Autonálisis y objetivos

Ante las especificidades de la conducción de estos pequeños vehículos, los buenos resultados de Aurèlia se deben a una gran calidad al volante. Sin embargo, al preguntarle por sus puntos fuertes como piloto, Aurèlia se corta un poco: “este año aguanto mejor la presión que la pasada temporada”. Insistiendo, reconoce tener “una buena arrancada desde la línea de salida, muchas ganas de pasarlo bien y una gran motivación, algo necesario porque competir en el Andros femenino supone bastante sacrificio”. Y no le falta razón. Además de tener que realizar continuos desplazamientos desde Barcelona a distintos puntos de Francia, perderse algunas clases e invertir mucho tiempo, su participación en el Andros femenino le supone un esfuerzo presupuestario de 10.000 euros en concepto de inscripción (que incluye el alquiler y mantenimiento del ‘Sprint Car’), estancias en hoteles, comidas en restaurantes, viajes…

Por el contrario, Aurèlia asegura que su punto débil como piloto es “la falta de autoconfianza. Debería tener más seguridad en mí misma, ya que antes de las carreras suelen invadirme las dudas”. Sin embargo, el desenlace de las jornadas automovilísticas suelen ser, cita a cita, una corroboración de la calidad y el saber hacer de esta andorrana.

Prueba de ello es que la trayectoria de Aurèlia Martí durante esta temporada está siendo impecable: ha marcado los mejores tiempos en los cuatro primeros entrenamientos cronometrados realizados. En las seis carreras disputadas, quedó 6ª en la primera (algunos problemas mecánicos le impidieron conseguir una posición mejor) se impuso en tres y quedó 2ª y 3ª en las dos carreras disputadas en Andorra. Así las cosas, el objetivo es claro: “Tenemos muchas posibilidades de ganar el Trofeo Andros femenino, lo que me proporcionaría un presupuesto suficiente para competir en Promoción. Para mí el certamen que ahora estoy disputando es un paso hacia este objetivo, que me permitirá continuar subiendo peldaños en el mundo del automovilismo”.

¿Hasta donde puede llegar la ascensión de esta joven piloto? De momento, en la prueba disputada en Andorra el pasado mes de diciembre Aurèlia pudo mantener contacto con pilotos que seguro le sirven de referencia, como Alain Prost o Yvan Muller. “Lo que más me sorprende de personajes como Prost es su habilidad innata al volante, ya que pilotar sobre hielo es complicado pero su adaptación ha sido rapidísima, prácticamente instantánea, y ya está entre los primeros”, comenta Aurèlia.

El mayor obstáculo en la carrera automovilística de Aurèlia puede ser, quizás, que sólo compite durante los meses de invierno, con lo que “estoy prácticamente desconectada de la competición durante el resto del año. Además, los esfuerzos de todo tipo que comporta el competir constantemente no los puedo asumir, aunque sí he podido disfrutar de esta disciplina y lo seguiré haciendo gracias al apoyo de mucha gente e instituciones, como el Automóvil Club de Andorra o mi principal patrocinador en estos momentos, la empresa francesa GTM”.

Seguir la evolución de Aurèlia Martí es una gozada ya que está demostrando combatibilidad, eficacia y calidad de líderazgo, virtudes que cuesta de asociar a una chica en el mundo de la competición automovilística. La próxima cita del Andros será el fin de semana del 17 y 18 de enero en Lans en Vercors.

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